El lienzo de Isabel la Católica que se convirtió en la Patrona de Granada

El Reportaje | Origen de la Virgen de las Angustias de Granada

A orillas del río Genil, en un oratorio musulmán reconvertido en templo cristiano, nació en el siglo XV la devoción de los granadinos a la Virgen de las Angustias

La Previa | La Virgen de las Angustias aguarda la Ofrenda Floral y Solidaria de todos los granadinos

Descendimiento del Señor de Francisco Chacón, Museo de Bellas Artes de Granada
Descendimiento del Señor de Francisco Chacón, Museo de Bellas Artes de Granada / Alejandro Bonilla
Alejandro Bonilla

Granada, 15 de septiembre 2025 - 06:20

Durante la Reconquista del Reino de Granada, a finales del siglo XV, la Reina Isabel la Católica portaba en su equipaje personal una auténtica capilla. Imágenes y lienzos, sencillos en su esencia, que plasmaban algunas de las escenas bíblicas y pasionistas más relevantes de los Evangelios. Eran frecuentes estas representaciones plásticas de escenas de la Pasión de Cristo, cargadas de una honda simbología, pudiendo ser fácilmente interpretadas por los habitantes musulmanes. Así, en su afán por ‘cristianizar’ el Reino de Granada, estos paños pictóricos eran colocados en mezquitas de la zona -obviando su carácter árabe- para que los iconos fueran reconocidos como elementos sagrados.

Nacieron importantes devociones que, aún a día de hoy, siguen permaneciendo vigentes. El más reconocido es el Cristo del Paño de Moclín, emblema de la Vega de Granada, cuyo tapiz se ha mantenido en el tiempo. Otras advocaciones actuales comparten este histórico -casi legendario- origen pasado. No obstante, la propia evolución del culto influenció en las formas de veneración, haciendo que algunas tablas fueran sustituidas por imágenes talladas en madera de bulto redondo.

En una pequeña mezquita ubicada en el actual Humilladero, a orillas del Río Genil, acudían fieles musulmanes a rezar cada día. Tras la Toma de la ciudad, su Mihrab sería transformado en un improvisado ‘altar’, convirtiendo el edificio en un templo de culto cristiano. Aprovechando el espacio, como una tradicional hornacina, la Reina Isabel cedería una de sus obras. En concreto una de Francisco Chacón, el pintor hispanoflamenco personal de la soberana, en la que se representaba a la Virgen María a los pies de la Cruz. En su regazo Cristo Yacente, recreando la tradicional iconografía de ‘La Piedad’.

Bajo la advocación de las ‘Angustias de María’, algunos óleos de gran parecido serían venerados en los primeros templos de la ciudad. Sin embargo, sobre aquel que se alzaba en el caudal del afluente granadino germinaría un fervor sin precedentes. En el camino de ida al campo, los labriegos accedían al templo implorando por la intercesión de la Virgen. A la vuelta, también. En los albores del siglo XVI, un ir y venir de agricultores se fundían en el Humilladero. Un punto de paso clave, en el que la popularidad de la devota imagen no haría más que expandirse, más allá de aquel recóndito lugar.

Una veintena de aquellos hortelanos medievales fueron el germen de una asociación de fieles, que posteriormente sería ratificada como una hermandad el 26 de octubre de 1545 por el arzobispo Fernando Niño de Guevara. El Libro de Reglas de la Hermandad Patronal, todavía conservado por la corporación tras más de cinco siglos, se evidencia la incorporación de la primitiva imagen de la Virgen de las Angustias. Una dolorosa de talla completa, arrodillada en actitud implorante, rememorando la clásica iconografía de los ‘Dolores de María’. Brazos entrelazados a la altura del pecho, de los que emanan siete puñales de gran simbología. La policromía evidenciada en la pintura, en tonos celestes, recuerda a la obra pictórica de Francisco Chacón, pudiendo haber sido clara referencia a la obra posterior (probablemente usada en cultos externos).

Libro de Reglas de la Hermandad Patronal de las Angustias
Libro de Reglas de la Hermandad Patronal de las Angustias / Tesoro de la Virgen | Hermandad Patronal de la Virgen de las Angustias (Granada)

La Hermandad Patronal celebraba salidas procesionales, presididas por esta efigie, en el marco de las prácticas penitenciales contempladas en la Bula de 1536, concedida por el Papa Paulo III. A partir de 1556, y a raíz de la modificación de las reglas corporativas, la cofradía adquirió el carácter de ‘disciplina y sangre’, participando en las procesiones celebradas durante la Semana Santa. Así, la primitiva Virgen de las Angustias realizaría estación pública el Jueves Santo ante nueve templos: San Matías, Santa Escolástica, Santa Cruz ‘La Real’, San Francisco ‘Casa Grande’ (actual Capitanía), San Gil, la Trinidad, la primitiva Magdalena (en la actual calle Mesones), así como la Santa Iglesia Catedral y su propio templo.

Ambas representaciones, escultórica y pictórica, presentaban diferencias evidentes. Características similares en policromía, en relación al cuadro de Francisco Chacón, pero iconografías distintas. Por este motivo, la idea de la sustitución de la imagen se iría fraguando en aquella primitiva corporación, que algún día llegaría a ser la Hermandad Patronal de la Virgen de las Angustias.

La popular escena pasionista de ‘La Piedad, tal y como la conocemos actualmente, no se refleja en los Evangelios. Es una construcción teológica posterior, en la que los creyentes funden los dos grandes pilares de la fe católica. Por ello, los historiadores apuntan a que el germen de la actual imagen de la Virgen de las Angustias sería una Virgen Dolorosa, apuntándose ya a la actual. Con posterioridad, la disposición original del cuadro sería reflejada mediante la incorporación de un Cristo Yacente, dispuesto en el regazo de la Sagrada Imagen a imagen y semejanza del modelo primitivo. Así, paulatinamente, la veneración trasladaría a la obra escultórica, conformando con el paso de los siglos la moyor devoción de los granadinos.

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