Crónica | Martes Santo 2023

Y hubo que esperar tres años...

  • Desde 2019 Granada no vivía con plenitud el Martes Santo en el que procesionaron cuatro hermandades: Santo Vía Crucis, Lanzada, Esperanza y  Humildad

Y hubo que esperar tres años...

Y hubo que esperar tres años... / Fermín Rodríguez | PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

1.449 días, con todas sus horas y sus minutos. Eso es lo que ha tardado en Granada en volver a recuperar uno de los días más destacados de su Semana Santa. Desde antes de que conociéramos que el Covid existía, Granada está sin Martes Santo. Tres años sin Esperanza, en los que la ciudad más hermosa del mundo ausente estuvo de la Caridad. Tres años en los que los que la Amargura no tuvo realeza que lo acompañara camino del calvario. Tres años en los que el más humilde de los reyes, no tuvo quien se arrodillara ante él para burlarse antes de despojarle de su clámide. 
Qué larga se hizo la espera. Pero, al fin, ocurrió. El tiempo dio tregua, y aunque sin el radiante sol ni el sofocante calor de estos días atrás, y ello permitió que a las horas indicadas las cuatro cruces de guía que debían iniciar su recorrido hasta la Catedral de Granada hicieran acto de presencia en las calles. La más madrugadora fue de La Lanzada, que también resultó ser la última en llegar a su templo después de haber atravesado la ciudad, llegando desde el barrio del Zaidín. 
Y hasta bien entrada la noche hicieron acto de presencia el resto de las cofradías, ofreciendo la mejor imagen posible en cada una de ellas. Con una tendencia que se confirma: el generalizado aumento de los cortejos, la mejor disposición de los tramos, y un notable andar debajo de las parihuelas y un acompañamiento musical medido y cuidado.

Esencia en frasco pequeño

Es la hermandad más antigua de la Semana Santa de Granada pero no es la que más hermanos concita ni tampoco la que más pasiones despierta. Pero es una de las que más y mejor conserva la esencia de la tradición. Cuidado y selecto cortejo, el de la Hermandad del Santo Vía Crucis en su estación de penitencia, aderezado por un rico patrimonio en cada una de sus insignias y un andar el que trajo consigo el Señor de la Amargura, que pareció surcar la cabeza de quienes esperaron al paso de la cofradía en Plaza Nueva, tras haber recorrido la calle más hermosa del mundo. 

Nuestro Padre Jesús de la Amargura, en San Juan de los Reyes Nuestro Padre Jesús de la Amargura, en San Juan de los Reyes

Nuestro Padre Jesús de la Amargura, en San Juan de los Reyes / Fermín Rodríguez | PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

En una concesión al más puro estilo granadino, Nuestra Señora de los Reyes volvió a aparecer vestida de forma excepcional. Elegante y majestuosa se presentó ante Granada, con un cuidado repertorio que volvió a correr a cargo de los pupilos del maestro Elvira. A los sones de Cristo del Buen Fin, de Lerate, cruzó la dolorosa de Asensio de la Cerda el palquillo de la Real Federación. Momento y chicotá para el recuerdo.

Sones de barrio

Las puertas de la parroquia de Los Dolores son el umbral hacia la gloria. La cual cobró forma en cada uno de los momentos que regaló la Hermandad de la Lanzada en su estación de penitencia. Un nutrido número de capirotes de sarga morada poblaron los tramos de nazarenos, dando la mejor de las improntas de la cofradía zaidinera. 

Valiente el trabajo de los costaleros de Torres Milena, que anduvo elegante en toda la jornada con un acompañamiento, el de la Banda de Jesús Despojado, que tronó en la carrera oficial, con una chicotá que duró lo que tardan en cumplirse los compases de La sangre de Dios. Inmejorable carta de presentación en este nuevo Martes Santo. Como el que también ofrecieron los pupilos de Víctor Ferrer, que regalaron la alegría de un barrio en un repertorio llamado a hacer las delicias que quienes más disfrutan de un palio de figura, con bambalinas al compás y las bellotas repicando sobre los varales. 

La salida del paso de palio de María Santísima de la Caridad La salida del paso de palio de  María Santísima de la Caridad

La salida del paso de palio de María Santísima de la Caridad / José Velasco | PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

Pero especialmente comedida se mostró María Santísima de la Caridad. En sus tímidas esquinas, en sus particulares jarras - ¿y adornos en los brazos de cola? - amén del comedido costalero. Supo a demasiado poco el paso por Ganivet.

Que nunca falte la Esperanza

Soberbia. Sin más paliativo. Así fue la presentación de la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza en este Martes Santo de 2023. Imponente cortejo el que desplegaron los cofrades de Santa Ana. Un río de nazarenos de antifaz verde inundó las calles. Y podrían haber sido más si a los monaguillos que antecedieron a la cruz alzada hubieran llevado también su capirote. Casi un millar de almas quedaron dispuestas entre la cruz guía y el utillero que empujaba el carro detrás del paso de palio. Una dimensión y una sensación que hablan del momento dulce que atraviesa nuestras cofradías, y muy particularmente de esta santa cofradía. 

Paso cortito. Chicotá medida. Así anduvo el paso del Señor del Gran Poder por la carrera oficial, con una legión de gorras de plata que daban armonía y compás al trabajo. Y qué gusto dio ver, una vez más, como siempre, el monte de iris alfombrando la zancada del nazareno de Ramos Corona. Lo mismo que la clásica y elegante presencia de la Niña de Santa Ana: esa gran joya de vestir del barroco andaluz. La que se presentó radiante ante los fieles, la que meció bambalinas al compás de Esperanza de Granada Coronada cuando afrontó la rectitud de Ganivet.

La virtud de la Santa Humildad

Si algo coronó a Cristo, en su vida, fue la capacidad de inclinarse ante a otros aun siendo el Hijo de Dios. Despojado de soberbia y de los engreimientos que tan a menudo caracterizan a nuestra sociedad, Jesús llegó desde el Realejo, humilde, maniatado, con una caña entre sus manos como afrenta a su realeza. 

El misterio del Señor de la Humildad abandonando la Plaza de Santo Domingo El misterio del Señor de la Humildad abandonando la Plaza de Santo Domingo

El misterio del Señor de la Humildad abandonando la Plaza de Santo Domingo / Jesús Jiménez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

La Hermandad de la Cañilla volvió a regalar momentos para el recuerdo en su estación de penitencia. Majestuoso se presentó a Granada en Ganivet, transcurriendo con los grandes clásicos de agrupación, y una llamada al público: Gustad y ved, qué bueno es el Señor. La agrupación del Dulce Nombre confirió la atmósfera perfecta para que la cuadrilla se recreara en cada chicotá. 

Y se hizo el milagro. Ese convierte a la cofradía realejeña en dos armoniosas realidades. El vibrante trabajo del paso de misterio y el reposado señorío de la Soledad de Nuestra Señora, que anduvo por Granada con la banda de Armilla como mejor sinfonía posible para cerrar un Martes Santo digno de pasar a los anales.

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