Crónica | Sábado Santo 2023

La Virgen de las Angustias corona las vísperas de la Pascua

  • La cofradía de Santa María de la Alhambra pone acento cofrade a una jornada primaveral, con miles de personas en la calle

Santa María de la Alhambra en plaza Nueva, con Santa Ana de fondo

Santa María de la Alhambra en plaza Nueva, con Santa Ana de fondo / José Velasco / Photographerssports

Parecía ayer cuando Roberto Martín, en representación de la Hermandad de Santa María de la Alhambra, llamaba a las puertas de la iglesia de San Andrés para abrir las puertas de la Semana Santa de 2023. Y, en un abrir y cerrar de ojos, esta ya había expirado. Prueba de ello fue ver al hermano mayor de La Borriquilla, José Antonio Gámiz, en el arco de la iglesia alhambreña devolviendo la cortesía, con las llaves que cierran una de las semanas más especiales del calendario.

Un Sábado Santo más, con Cristo aguardando muerto aún en el sepulcro, un río de nazarenos adamascados surcaron las principales arterias de la ciudad. Lo hicieron bajando desde la Sabica, en uno de esos itinerarios inefables con los que cuenta la Semana Santa de Granada: con el Palacio de Carlos V perfilando la silueta de los capirotes de raso azul de sus hermanos, con la Piedad más accitana sorteando los riñones del arco de herradura de la Puerta del Vino, con marchas procesionales entre murallas nazaríes, con una cofradía andando al cobijo de un bosque centenario. 

Con todos estos componentes, la Hermandad de Santa María de la Alhambra fue la trigésima en realizar su estación de penitencia. A las seis en punto de tarde se disponía con la cruz de guía en la Calle Real de la Alhambra, entre las reliquias de los mártires de Pedro Dueñas y Juan de Cetina. Quedó acompañada en su andar por la Banda de Jesús Despojado que, una tarde más, volvió a dar la mejor dimensión posible en su trigésimo aniversario fundacional.

Transcurrido el largo centenar de hermanos en filas, entre camareras y nazarenos, tomaron protagonismo las diferentes representaciones que acompañan a esta cofradía. Entre ellas, la Hermandad de San Juan de Dios y de la patronal de la Virgen de las Angustias, además del Ayuntamiento de Granada o la Diputación Provincial.

Treinta minutos más tarde, y mientras sonaba campana de la Torre de la Vela, los primeros rayos de sol empezaron a bañar la policromía de uno de los conjuntos escultóricos más perfectos y acabados de la imaginería devocional andaluza. Melodía del maestro Higuero, Santa María de la Alhambra Coronada, para recibir a la Virgen de las Angustias.

Elegante se presentó la titular mariana de la cofradía, sobre un monte de dos mil iris morados y jarras de flor morada en las esquinas. Mientras, la erguida cruz, se revestía con el sudario que las camareras donaron hace ahora veintitres años con motivo de la coronación de la imagen. No hizo falta mucho más para ensalzar la imagen de la Virgen con su hijo muerto en el regazo, con esa conjunción de manos, la más sublime concebida nunca en la Historia del Arte.

Clásico el discurrir del paso que, con la dificultad y habilidad de siempre, consiguió sortear las dificultades que arrojan los primeros compases de su recorrido. Maniobra milimétrica en el recodo de la Puerta de la Justicia, a las órdenes de Pérez Raya. 

Passio Granatensis, de López Carreño, despedía al paso de misterio del conjunto nazarita. Un reguero de personas arropaban a la hermandad hasta que esta afrontó su llegada a la Catedral. Aunque los momentos más selectos, los que se escancian en pequeños sorbos, se vivieron con la noche ya cerrada, con la iluminación ambiental del monumento y el paso afrontando las últimas chicotás de una perfecta estación. 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios