Fin a una Semana Santa única... e irrepetible
Semana Santa de Granada | Domingo de Resurrección 2021
La imagen del Dulce Nombre de Jesús preside la misa del Domingo de Pascua en Santo Domingo y los titulares de La Resurrección y Regina Mundi, en veneración durante toda la jornada
Granada/Y al tercer día, resucitó. No esperaban los cofrades, después de un largo año de espera, que la Semana Santa pasara tan rápido. Un sentimiento que acostumbra a aflorar entre quienes viven intensamente estos días y en el que la ausencia de cofradías ha marcado las vivencias de muchos. Sin embargo, este Domingo de Resurrección fue capaz de pulsar sensaciones que no son propias de una jornada como ésta, donde se pone el broche a ocho días de apasionada intensidad. Y es que, si un sentimiento invade a los cofrades al llegar el primer día de Pascua es la nostalgia, la pesadumbre, de tener que aguardar todo un año para volver a soñar despiertos.
Este cuatro de abril algo cambió. Una alegría contagiosa pareció adivinarse entre muchos de los cofrades que se echaron a la calle, por última vez, para disfrutar de los altares erigidos en las parroquias de Regina Mundi y de San Miguel arcángel. "¡Qué ganas de que terminara esta Semana Santa. ¡Ya está!", se comentaba en uno de los corrillos de la calle Primavera instantes antes de que empezara la exaltación de la resurrección que pronunció Manuel Amador. Por primera vez, los cofrades desearon que terminara la semana más especial del año precisamente por todo lo único que ésta ha traído consigo en su edición de 2021. En el interior de San Miguel, con un extraordinario altar erigido por la Hermandad de la Resurrección, la hermana mayor de la corporación, Eva Valladares lo comentaba: "Como cristianos nos llena saber que Cristo ha resucitado, pero como cofrades nos gusta más celebrarlo con los pasos en la calle".
Su cofradía es la encargada de ponerle el broche cada año a la Semana Santa cuando en el Zaidín se agolpan cientos de granadinos para ver recogerse el palio de la Virgen del Triunfo. En esta ocasión, no hubo palio alguno pero sí una atmósfera cofrade que invadió a los presentes, con el Señor de la Resurrección custodiado por un dosel, entre la candelería, y a los pies, gloriosa la imagen mariana de Zúñiga Navarro vestida de plata como cada Domingo de Pascua.
En Regina Mundi, con ambiente parecido, la hermandad celebró la misa de la Resurrección a las once y media de la mañana, junto a toda la parroquia. El interior del templo acogía la presentación del misterio a los pies del Cristo resucitado. Vergel de flores para componer una recreación que evocara al triunfo de Jesús sobre la muerte y su ascenso del abismo. Con la Virgen de la Alegría, al encuentro, y junto a Santa María Magdalena, San Juan y San Pedro, la corporación disfrutó de momentos entrañables. Como en el resto de corporaciones, no faltaron colas para acceder hasta el interior del templo y disfrutar de un día de campanillos.
Los sones del Dulce Nombre de Jesús en el interior de Santo Domingo le dieron aire triunfal, más si cabe, a la celebración litúrgica que se celebró en Santo Domingo, con la presencia de El Facundillo a los pies del presbiterio. El Realejo repicó a gloria en este Domingo de Resurrección y, como acostumbra, con campanas de barro. La tradicional salida de la Hermandad de la Humildad no tuvo lugar pero los niños no faltaron a la cita acompañando a su titular en el día en el que la Semana Santa llegó a su fin.
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