Viernes de Dolores

Arrancan las vísperas de una nueva Semana Santa

  • Se ultiman los cultos cuaresmales, con triduos, vía crucis y besapiés

Via Crucis de los Ferroviarios

Via Crucis de los Ferroviarios / Francisco Neyra / Photographerssprots

Dentro de cuarenta y ocho horas será Domingo de Ramos. La Cuaresma habrá quedado atrás. Las vísperas habrán terminado y todo en Granada se convertirá para revivir, intensamente, la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Pero mientras llega ese instante, con toda la ciudad agolpada en las puertas de la iglesia de San Andrés, Granada continúa viviendo los últimos previos: los que ha regalado y traído consigo este Viernes de Dolores.

El besapiés del Cristo de los Favores y del Cristo de San Agustín, junto con los vía crucis y los últimos cultos de las hermandades, clausuran los grandes actos de una larga, intensa y productiva Cuaresma.

Fervor ante los grandes iconos devocionales

La jornada del 31 de marzo vino marcada, por segundo año consecutivo, por el masivo respaldo a un acto como el besapiés extraordinario al Cristo de los Favores en el Campo del Príncipe. La devoción al crucificado de piedra volvió a latir con fuera en el pecho de los granadinos más allá del Viernes Santo, besando los pies de histórica imagen y para pedir, una vez más, su favor e intercesión.

Una muestra de piedad popular que también pudo vivirse en el besapiés al Cristo de San Agustín, en el corazón de la calle San Antón. El crucificado renacentista continuó expuesto a la veneración de los fieles sobre un catafalco negro, a la espera de que este sábado, a las 21:00 horas, tenga lugar la entronización de la imagen del Sagrado Protector sobre su paso. 

Catorce estaciones

Los últimos vía crucis tuvieron lugar también en este Viernes de Dolores, marcado por el ambiente primaveral que bañó la ciudad. La feligresía de La Magdalena se echó a las calles para acompañar a Nuestro Padre Jesús del Rescate. Hizo también lo propio la Hermandad de Jesús Despojado que partió con la imagen del Señor desde la parroquia de San Emilio hasta su casa de hermandad, donde ya aguardaba la Virgen del Dulce Nombre sobre su paso de palio.

En entorno de la Alhambra, los hermanos de la corporación nazarita procesionaron rezando el vía crucis, como parte de sus cultos cuaresmales. Lo mismo que la Hermandad de la Paciencia, que junto con el eccehomo de Pablo de Rojas recorrió las inmediaciones de la iglesia imperial de San Matías.

Hizo también lo propio la Hermandad de los Ferroviarios junto a la imagen del crucificado de la Buena Muerte. Un acto de piedad popular que clausura la programación cultural de esta cofradía del Viernes Santo. 

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