Entrevista a José Gabriel Martín por el arranque de una Semana Santa inédita en Granada

"Tenemos que dejar de ser veletas y recuperar nuestra esencia e identidad"

  • El consiliario de la Federación de Cofradías da las claves de la situación de las hermandades en Granada: su misión, sus reivindicaciones y propuestas de mejora

El consiliario de la Federación de Cofradías de Granada, José Gabriel Martín

El consiliario de la Federación de Cofradías de Granada, José Gabriel Martín / Jesús Jiménez / PhotographersSports

La Plaza de Santa Ana es hoy un páramo. Ni por asomo tiene ese ambiente festivo propio de un Domingo de Ramos y, por supuesto, no hay un solo cofrade acercándose a ningún templo para ver cómo lucen los pasos de las distintas cofradías. Escenario insólito. Sin embargo, al calor de una pequeña estufa parroquial, la administración de la iglesia de Santa Ana sigue funcionando: hay que decir la misa y hay que atender los asuntos de despacho. Con vistas al Darro, José Gabriel Martín Rodríguez (Turón, 1973) pasa las mañanas. Es el párroco solidario de San Gil y Santa Ana y también de San Pedro y San Pablo, quien junto a Manuel García Gálvez capea al alimón la vida de una iglesia hoy vacía de fieles. 

No es común que un sacerdote, afín o ajeno a las cofradías, se brinde atender con esa gentileza a los medios. En esta casa, sin embargo, las puertas están siempre abiertas para hablar de cualquier tema. La bonhomía lleva clériman. 

Desde el pasado mes de diciembre el padre José Gabriel Martín se ha convertido en uno de los nombres destacados del sacerdocio cofrade de Granada, asumiendo el cargo de consiliario de la Federación de Cofradías. Una responsabilidad que compagina, además, con la pastoral de su parroquia, en lo que denomina simpáticamente como las 'BBC': bodas, bautizos y cofradías. Toda una responsabilidad que 'lidia' como puede y haciendo propio un mandamiento de su abuela: "amar lo que Dios nos manda". 

-¿La Iglesia es madre?

-Por naturaleza lo es y ejerce su maternidad espiritual, viviendo como esposa de Cristo y preocupándose por todos los que son hijos suyos por el bautismo.

-En ese caso, ¿por qué tantas veces las hermandades se sienten huérfanas?

-A lo mejor, y ciertamente, ha habido algo de desidia o despreocupación. Nos hemos ido dando la espalda, pero de forma mutua. A veces por una visión demasiado clerical o porque las hermandades solo se han preocupado de su representación social. Sin embargo ahora las hermandades tienen claro que su razón de ser está en el seno de la Iglesia y también la propia Iglesia ha sabido ver el valor pastoral y sociológico de las hermandades.

-¿Las hermandades son importantes para la Iglesia?

-Lo son y lo recordaba el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, quien decía que las hermandades habían sido el paraguas para que en Andalucía no penetrara la laicididad. Las hermandades ayudan a mantener viva la fe. Quizá sea una fe a veces demasiado emocional y un tanto epidérmica, pero es una fe a la que todos estamos llamados y que hay que fomentar y acompañar.

-¿Por qué parece, entonces, que en Granada la Iglesia y las cofradías son cosas distintas?

-La misión de las hermandades y de la Iglesia es la misma. Y por tanto se es cristiano y cofrade, no una cosa o la otra. Las hermandades viven la fe de muchas formas, igual que hacen otros grupos de la Iglesia; pero todos celebramos lo mismo. Un amigo costalero me lo decía: "soy cristiano todo el año y cofrade un día". Luego, como en todo, hay círculos concéntricos: gente que está en el núcleo y otros que están en grupos más periféricos y en todos los casos la misión es la misma: evangelizar. Una hermandad es caminar juntos y como decía el poeta "el camino se hace al andar".

"Hay que aprender distintos sin ser distantes. Todos con sus colores y sus matices, pero dentro de esa gran hermandad de hermandades que es la Iglesia"

Durante un momento de la entrevista Durante un momento de la entrevista

Durante un momento de la entrevista / Jesús Jiménez / PhotographersSports

Para José Gabriel Martín las hermandades son cosa seria. Y eso que él, hasta recientemente poco, había vivido ajeno al particular mundo de la Semana Santa. Sin embargo, está preocupado por la credibilidad que muchas veces les falta a las hermandades, tanto en la Iglesia como en la sociedad. "Las hermandades tienen que tener las tres 'C': Cultura, Culto y Caridad. "En ese orden, y de todas ellas la que le da plenitud a la palabra 'hermandad' es la última", asegura. "La sociedad se tomará en serio a las cofradías cuando vean a los hermanos y puedan decir 'mirad cómo se quieren', 'mirad cómo se sostienen', 'cómo se preocupan del que peor lo está pasando': esa es la mejor carta de presentación de una hermandad, dar testimonio visible y creíble".

-Si la labor de las cofradías es tan importante en la Iglesia, no somos cristianos de segunda.

-Lo importante es sabernos en la Iglesia y sentirnos en ella. Con el deseo de 'plus ultra', de más autenticidad y más compromiso, tanto en la fe como en la solidaridad. Hay que aprender a distintos sin ser distantes. Todos con sus colores y sus matices, pero dentro de esa gran hermandad de hermandades que es la Iglesia. Como consiliario de la Federación, el padre Martín acompañó a distintos representantes federativos a un acto del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla. En ese primer lunes de Cuaresma, los cofrades hispalenses abarrotaban las naves de la Catedral.

- ¿Por qué cuando los sevillanos entran a su catedral se sienten en casa y los cofrades granadinos, a veces, sienten que entran a la casa de los canónigos?

- Entrar a la Catedral le da toda la dimensión y sentido a nuestra estación de penitencia, ya que ese templo es nuestra casa y donde donde visibilizamos que la Iglesia nos abre la puerta y entramos a casa de nuestra madre. Tenemos que darnos la mano y no la espalda, y tendernos puentes. Ya sabemos que hay personas, hermanos sacerdotes, que son reacias a esta realidad.  Nosotros entramos a la Catedral en el año 2000 y en Sevilla existe una normalidad que ha dado el tiempo. Existe otra cultura en el saber estar, en la formación de un cortejo y en la participación, aunque sea un lunes de diario a las cuatro de la tarde. Enfocamos nuestra mirada hacia una parte de Andalucía que, constitutivamente y sociológicamente, es cofrade y nosotros tenemos que aprender a ser anclas y no veletas. Hay que recuperar nuestra esencia y nuestra identidad. 

Director espiritual en las hermandades de Maravillas, Dolores y Esperanza, José Gabriel Martín confiesa haber descubierto en el ámbito cofrade "un gran tesoro del que hay que preocuparse, tanto por parte de la Iglesia como de la sociedad, darle su mimo y su cuidado exquisito". Un tesoro donde existen distintas realidades sociales y, donde conviven todo tipo de personas sin importar ideología, clase social o condición: el 'quid' de la cuestión: "no hay exclusividad sino inclusividad, y esa es la belleza de la Iglesia, donde nada de lo humano es ajeno". Para el padre Martín el mensaje a los cofrades es claro: "Igual que cargamos con el peso de nuestros pasos de misterio y de nuestros palios, que sepamos también hacerlo con las miserias de nuestros hermanos. Así convertiremos a las hermandades en el gran tesoro de la Iglesia donde brille la gloria de Dios". 

"Hay que poner en valor lo extraordinario"

El consiliario de la Federación de Cofradías El consiliario de la Federación de Cofradías

El consiliario de la Federación de Cofradías / Jesús Jiménez / PhotographerSports

El consiliario de la Federación de Cofradías considera que, en los últimos años, las hermandades y los cofrades en general parecen haber abusado de los actos conmemorativos, participando casi de una pastoral de los eventos. Por esta razón asegura que "hay que aprender a caminar por la normalidad de lo ordinario y disfrutar de esto. Y luego veremos cuándo merece la pena algún reconocimiento por algunas de las cosas que celebramos. De la puerta ancha a la manga estrecha".

Coronación de la Virgen de la Luz: "Don Javier declaró en un medio que su ministerio episcopal tenía fecha de caducidad y que las peticiones que pudiera haber serían valoradas"

Una extensión que llega hasta las mismas coronaciones canónicas y donde el padre Martín pide valorar y tener en cuenta los requisitos de una coronación que "no siempre va a estar en la antigüedad ya que habrá otros condicionantes, como el factor devocional, aunque sea una imagen reciente". ¿Se abre la puerta para la coronación de la Virgen de la Luz? "Después de poner en conocimiento de todos la coronación de la Virgen de la Soledad, don Javier declaró en un medio que su ministerio episcopal tenía fecha de caducidad y que las peticiones que pudiera haber serían valoradas". Así, para el representante eclesiástico de la Federación, "Nuestra Señora de la Luz tiene un elemento sobresaliente que es el factor de la devoción como patrimonio intangible de todo un barrio, que se llena de sentimiento y de arrojo". 

Asimismo, José Gabriel Martín matiza que "nunca una coronación tiene que ser la meta". Así, relata su experiencia personal en torno a un proyecto de estas características: "Yo vengo de vivir una coronación canónica con los hermanos de La Esperanza y que nos sumió en una vorágine de trabajo y preparativos y de todo eso hemos salido fortalecidos". Igualmente, para este sacerdote diocesano, "la corona viva de nuestra madre, sea la que sea, tiene que ser la caridad; un proyecto de misericordia que perdure en el tiempo y que tiene que ser antes que cualquier otro".

Curso de formación para hermanos mayores y juntas de gobierno

Hay diócesis vecinas que exigen un curso previo de formación a todos aquellos que quieran pasar a ocupar el cargo de hermano mayor de una cofradía. Nociones de teología, de liturgia e historia de la Iglesia que permitan a quien está al frente de una hermandad conocer la realidad de las cofradías. 

-¿A favor de un curso similar al que se imparte en diócesis como Jaén?

- ¡Soy partidario y además en el ambiente cofrade se está empezando a demandar, se lo he escuchado incluso a algunos hermanos mayores. Tener una formación básica es necesaria. Aquí está nuestra fortaleza y, por eso, ahí está también nuestra debilidad: si no nos formamos, nos deformamos.

-¿Habría que apostar, entonces, por la pastoral de las cofradías?

- ¡Se han realizado planes pastorales únicos y personales, para cada hermandad, pero no a nivel general. Podemos ver cómo en las convocatorias los cultos y los montajes son una parte menor, el resto es formación y caridad. Aún así, fallamos en la unidad. A nivel parroquial se han creado cursos de formación de liturgia o de espiritualidad pero me gustaría poder llevarlo también al ámbito general de todas las hermandades. Y donde no tenga que haber una representación de un hermano mayor y de otro más sino que participe todo el que quiera. Este año se intentó hacer un retiro espiritual pero las circunstancias que nos han sobrevenido obligó a cancelarlo. 

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