Cuaresma Granada

Las singularidades en la historia del pregón de la Semana Santa

  • En sus ocho décadas de vida, el pregón ha dejado un anecdotario de lo más diverso y curioso

Las singularidades en la historia del pregón de la Semana Santa

Las singularidades en la historia del pregón de la Semana Santa / José Velasco (Granada)

Este domingo, Granada se prepara para vivir el Pregón Oficial de la Semana Santa, uno de los actos más relevantes de la Cuaresma, que este año 2024 celebra su edición número 68. Han pasado 80 años desde que en 1945 la Federación organizara el primer pregón. En todo este tiempo, este acto cofrade ha dejado numerosas anécdotas y curiosidades que vienen a enriquecer la historia de la Semana Santa granadina y que ponen de manifiesto la gran evolución que ha sufrido el pregón.

Lo que mucha gente no sabrá es que el pregón tiene un antecedente en el año 1935, cuando nuestro poeta más internacional, Federico García Lorca, organizó una serie de charlas radiofónicas junto a Amor Antequera, José Gómez Sánchez Reina y Ramón Moreno. Unas alocuciones sobre la Semana Santa granadina, que, aunque no tienen carácter oficial, sí suponen un primer punto de partida para este acto.

Sería en 1945 cuando la Federación decide organizar el primer pregón oficial de Granada. Aunque, paradójicamente, dicho acto se celebraría lejos de nuestra ciudad, en concreto, en el Teatro Reina Victoria de Madrid. Por aquel entonces se decidió contratar a Federico García Sanchiz, un conocido «charlista» que ya tenía experiencia previa como pregonero en otras ciudades españolas. Su intervención distó mucho de lo que concebimos actualmente como pregón, siendo más parecido a una conferencia que a una alocución literaria. Dicha intervención fue titulada «Con la campana de la Vela… Exaltación de Granada y su Semana Santa», pero bien es verdad que García Sanchiz habló más de la ciudad y su historia que de la propia Semana Santa, a la que se refirió muy someramente al final. Pero como todo es posible en Granada, el Miércoles Santo de ese mismo año García Sanchiz daría un segundo pregón en el Monasterio de San Jerónimo de Granada. Nuevamente, su intervención sería más parecida a una conferencia, titulada «Pange Lingua», en la que el pregonero reflexionó sobre la Eucaristía y el Jueves de Corpus.

Como se puede comprobar, para ser el primer pregón oficial de la Semana Santa, se habló muy poco de ella. Esto fue algo muy frecuente durante algún tiempo, ya que la Federación apostaba por nombrar como pregonero a un personaje relevante de la sociedad española con el único fin de que sirvieran como escaparate para nuestra Semana Santa. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, estos pregoneros no eran oriundos de la ciudad y no tenían conocimiento sobre nuestra Semana Mayor, lo que hacía que sus intervenciones carecieran de la esencia granadina y cofrade tan necesaria para este tipo de actos.

Otro de los momentos más singulares en la historia de este evento ocurrió en el año 1950. De nuevo, el pregón se pronunció en Madrid y serían tres los encargados de anunciar la Semana Santa de Granada, esta vez, a través de las ondas de Radio Nacional de España. Los participantes serían Antonio Gallego Burín, alcalde de Granada y Presidente Honorario de la Federación de Cofradías, cuyas palabras se centraron en exaltar el valor histórico-artístico de las imágenes procesionales. En segundo lugar, hablaría el poeta granadino Manuel Benítez Carrasco, presentando una disertación cargada de gran lirismo y granadinismo. Y, en tercer y último lugar, tomaría la palabra Pedro Gómez Aparicio, director de la Agencia EFE, que pronunció una gran exaltación a la Semana Santa de Granada, centrándose, principalmente, en la devoción a la Virgen de las Angustias y al Cristo de los Favores en el acto del Viernes Santo a las Tres de la Tarde.

En 1964, tiene lugar uno de los pregones con más seguimiento que se recuerdan hasta la fecha. Por primera vez, y hasta el momento única, la Catedral de Granada acogió este evento, que contó, nada más y nada menos, que con una asistencia de 4.000 personas. Aquel pregón fue pronunciado por el sacerdote jesuita Ramón Cue Romano y estuvo amenizado por un recital de órgano a cargo de los maestros Javier García Romano y Juan Alfonso García. Pero lo más curioso, es que este religioso era de origen mexicano, aunque estaba afincado en España. Es más, quedó muy impactado con la celebración de la Semana Santa cuando vivió en Sevilla y, tal fue su admiración por los desfiles procesionales, que fue pregonero, además, de la capital hispalense y también de Salamanca.

Otro hecho insólito se produce en el año en 1970, cuando se organizan dos pregones en el mismo año. El primero de ellos correría a cargo de Antonio Gallego Morell (que llegó a pregonar la Semana Santa hasta en tres ocasiones) y se celebraría en la Casa de Granada en Madrid. El segundo, recaería sobre José Linares Palma, quién pronunció el pregón en el Salón de la Caja de Ahorros de Granada ante una gran audiencia.

Pero el pregón tampoco ha estado exento de polémica, ya que en 1978 el sacerdote Juan José Nieto Larrinaga mostró su disgusto durante su alocución al expresar que dicho texto era el tercer pregón que redactaba. El motivo fue que la Federación de Cofradías se lo había censurado en varias ocasiones. Según argumentaba el ente cofrade, el texto del religioso contenía importantes matices políticos, poco aconsejables en aquellos años de la Transición Española. Además, muchos Hermanos Mayores de las cofradías granadinas no asistieron al acto, debido a las alusiones que el padre Nieto Larrinaga hizo a una determinada hermandad y la forma de vestir a sus imágenes durante una homilía en el Convento de la Piedad. No era la primera vez que se hacía manifestaciones políticas en un pregón. Unos años antes, en 1955, Julio Moreno Dávila pidió al final de su discurso una oración por la «Iglesia del Silencio», es decir, por aquellos cristianos que vivían bajo el comunismo, más allá del telón de acero. Además, solicitó al público rezar un cuarto credo al Cristo de los Favores por dichos cristianos. Como curiosidad, cuando la Federación editó el pregón, incluyó la siguiente nota al final del texto: «ovación que dura largo rato». No es algo que sorprenda, si tenemos en cuenta el contexto político en el que se encontraba España en los años 50.

Tenemos que irnos a 1980, año en el que tiene lugar otro de los pregones más significativos de Granada. Tal fue su impacto que cambió la forma de entender este acto. El nombramiento recayó en el cofrade y poeta Arcadio Ortega Muñoz. El pregón se celebró en el Salón de Plenos del Ayuntamiento granadino que superó con creces el aforo, llegando a ubicarse los espectadores en las escaleras de acceso a tal espacio consistorial. Fue su conocimiento de la Semana Santa de Granada ligado al gran lirismo lo que hizo que el público interrumpiera en repetidas ocasiones su intervención con sus aplausos de satisfacción por la alocución del poeta.

Otro hecho nada desdeñable es que, en las ocho décadas de historia del pregón, tan solo ha habido dos mujeres que han exaltado la Semana Santa de Granada. Para escuchar a la primera de ellas, hubo que esperar hasta el año 2013, con el nombramiento de Encarna Ximénez de Cisneros. Habían pasado 68 años desde el primer pregón oficial. La segunda de ellas fue Emilia Cayuela quién se subió a las tablas del Teatro Isabel La Católica en 2022.

Como se puede observar, el pregón ha sufrido grandes modificaciones desde sus inicios y nos ha regalado un importante número de historias curiosas y singulares que han llevado a que este acto disponga de un importante anecdotario que, sin lugar a dudas, ya forma parte de la historia de nuestra Semana Santa.

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