Reportaje | Semana Santa Granada 2021

La esquinita de Lucio, baluarte de la Semana Santa de Granada

  • De febrero a mayo, el puesto de incienso de la calle San Antón ambienta uno de los enclaves neurálgicos de la ciudad

Lucio se gana el pan vendiendo incienso y carboncillos desde hace más de 20 años

Lucio se gana el pan vendiendo incienso y carboncillos desde hace más de 20 años / Antonio L. Juárez / PhotographersSports

"Y le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra". Con estas palabras narra San Mateo la llegada de los tres reyes magos al portal de Belén para presentarse ante el Niño Jesús. Tres presentes que, de alguna manera, simbolizaban el triple oficio de Cristo como rey, profeta y sacerdote; y que, innegablemente, constituyen elementos más que reconocibles en todo aquello que rodea al mundo de la Semana Santa. Y es que, ¿qué olor más característico en una procesión que el del incienso humeante al paso de una hermandad?

Sin embargo, hay en Granada un lugar donde no hace falta que sea Semana Santa para que huela como tal. Un lugar que irradia desde lejos el ambiente y el aroma que forman parte de la identidad de nuestras procesiones. Y es que en la confluencia de Recogidas con San Antón, en la esquina del que fuera convento de San Antonio abad, un tenderete que se encarga de mantener viva la llama de un incensario que anuncia la cercanía de la Cuaresma. Lucio, de piel curtida y trato afable, se gana el pan vendiendo incienso y carboncillos desde hace más de 20 años.

"Todo es incienso pero no todos son lo mismo ni todos huelen igual"

"Empecé a vender incienso hace ya más de dos décadas cuando me vine desde Cádiz a vivir a Granada. Yo antes trabaja por la noche, pero por circunstancias preferí cambiar aquello por el día, el mundo de la Semana Santa, las cofradías y el incienso", comenta este guardián de las esencias cofrades, casi convertido ya en un referente del paisaje urbano de Granada. Durante años estuvo situado frente al Perpetuo Socorro pero desde un tiempo a esta parte siempre se le ve, desde febrero a mayo, y desde septiembre a Navidad, en la esquina de San Antón. "Estoy casi todo el año pero hay meses en los que hay que quitarse de aquí por el frío. Muchas veces no hay quien aguante en la calle. Además de que para esto del incienso hay que buscar esos momentos donde la gente tiene más nostalgia para que se anime la venta", señala.

Lucio, el vendedor de incienso de la calle San Antón Lucio, el vendedor de incienso de la calle San Antón

Lucio, el vendedor de incienso de la calle San Antón / Antonio L. Juárez (Granada)

Sobre la mesa aguardan más de una treintena de nazarenos de barro de distintos colores, que recuerdan a las túnicas de nazareno de las cofradías de Granada. Junto a este rígido cortejo de arcilla, paquetes de carbón y bolsitas de incienso, parte de un kit de supervivencia para quienes desean tener un pedacito de Semana Santa en sus hogares. A pesar de ser una selecta muestra de productos, la oferta se vuelve mucho más compleja cuando se le pregunta a Lucio: "Todo es incienso pero no todos son lo mismo ni todos huelen igual. Yo preparo mis mezclas con una base de incienso y de mirra, que son fijadores, a partir de ahí ya se echan flores, hierbas aromáticas y otros elementos para que den un olor determinado". 

Gran Poder, Cachorro o Tres Reyes son algunos de los tipos de incienso que están a la venta. Muchos de ellos hacen referencia a cofradías de la Semana Santa de Sevilla o a compuestos aromáticos de algunas históricas cererías de la capital de la Baja Andalucía. Lucio comenta el porqué de estos nombres: "En Sevilla las hermandades buscan distinguirse también por un olor ya no solo por las túnicas o los pasos. Quiere un incienso que les identifique y de ahí esos nombres. En Granada cada vez más las cofradías buscan también eso, que la gente les reconozca por su incienso".

Como a tantos, la crisis que se deriva del Covid-19 le ha pasado factura, sobre todo en 2020. "La suspensión de la Semana Santa en 2020 y el confinamiento me afectó muchísimo. Me quedé con todo comprado y no pude darle ninguna salida. Este año, por lo menos, con las ganas que hay de cofradías, sí se ha notado más movimiento que en otros años", subraya.  La morriña de muchos por volver a ver hermandades en la calle tiene su efecto en vendedores que como Lucio viven del público cofrade y que ya ha llegado a vender, en esta temporada más de 70 kilos de incienso. "La gente a partir de febrero, cuando empieza a llegar la Cuaresma, se anima a comprar incienso y más este año con las ganas que hay de Semana Santa. Suelen llevarse incienso y carbones para quemarlos en casa mientras están en familia o cuando ven cofradías por la televisión. Lo que hace falta es que ahora podamos verlas en la calle", se despide. Quién sabe, quizá el año que viene. 

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