Cuaresma en Granada 2021

Primer viernes de marzo en La Magdalena

  • El Señor del Rescate, en veneración, con la túnica persa

  • La iglesia de La Magdalena abrirá de 10 a 20 horas

Primer viernes de marzo en La Magdalena

Primer viernes de marzo en La Magdalena / L. Rivas (Granada)

La Magdalena se prepara, como cada primer viernes de marzo, para acoger uno de los instantes más recogidos y sentidos de la Cuaresma granadina: el besapiés al Señor del Rescate. Una tradición que, al menos en su formato convencional, se verá interrumpido por las restricciones sanitarias de la Covid-19, impidiendo que nadie bese la madera gubiada de este ecce homo. Desde la cofradía, ha quedado todo dispuesto para conferir el mismo sentido y devoción a la jornada, con un acto de veneración que se prolongará desde las diez de la mañana y hasta las ocho de la tarde. 

Los hermanos han trabajado en estas últimos días para que nada falte en un día tan señalado. Un altar efímero guarnece la capilla de la hermandad, guardando las líneas y formas que la albacería ha venido trabajando en los últimos años. Los cirios aún apagados pronto iluminarán la silueta de El Rescate, que ha amanecido este primer viernes de marzo engalanado con una de sus mejores galas, aquella túnica que bordase Justo Bustillo hace ahora 90 años: la que la Granada cofrade bautizó como la túnica persa. Una estampa especial, aseguran los hermanos, que tiene como objetivo darle un mayor eco a esta veneración.

Sin embargo, lo más singular yace bajo el terciopelo y el bordado, donde se guardan las historias humanas que nadie ve. Bajo la túnica, no pocas fotografías de personas anónimas que buscan el amparo de El Rescate. "La gente nos pedía que pusiéramos fotos de sus familiares cerca del Señor. Enfermos, gente en la UCI, con Covid. Ponen su esperanza en el Señor para que esto pase pronto", explican desde la hermandad.

Vivencias y experiencias que estallan a flor del piel, tal y como cuenta el albacea de la corporación, Miguel Ángel Luque. Para él, como para muchos otros hermanos, este primer viernes de marzo será un día emotivo que permitirá a la ciudad reencontrarse con una de sus devociones más consolidadas: "Hoy es un día importante para nosotros y lo vamos a vivir con la misma intensidad de siempre y con toda la normalidad que la situación nos permita". Todo está preparado para que por el templo de las agustinas del Corpus Christi reciba la visita de los centenares de fieles que cada año acuden a la cita. Ello no oculta, sin embargo, el sabor agridulce que despierta esta atípica Cuaresma. Muchas sensaciones encontradas tal y como asegura el cofrade mayor, José Antonio Maroto. "El Señor va a estar cerca de su gente aunque no todo lo cerca que quisiéramos. Es importante volver a celebrar este tipo de actos, la gente lo necesita; volver a encontrarse con la imagen, hablarle de cerca, contarle sus penas. Hay tantas situaciones y tantos dramas personales...".

El actual diputado mayor de gobierno, David López Vigil, echa la vista atrás para recordar cómo ha transcurrido todo desde la Cuaresma de 2020, cuando la pandemia fue quebrando todas las expectativas cofrades que había. Entre las primeras en comprobar las consecuencias de la primera ola, la Hermandad del Rescate que tuvo que enfrentarse a un escenario inédito, sin protocolos y prácticamente sin tiempo de reacción, suspendiendo el besapiés a su titular. "Fuimos una de las primeras hermandades que se vieron obligadas a tener que tomar una decisión de este tipo y recuerdo cómo nuestra decisión fue cuestionada en ese momento por una gran parte del mundo cofrade", asegura López Vigil. Sin embargo, andado el tiempo, se reafirma en que la reacción de la hermandad fue ejemplar: "Los sanitarios que hay en nuestra junta de gobierno nos avisaban de lo que nos venía encima y tuvimos que tomar decisiones rápidas, a veces cambiando incluso de criterio. La información que nos llegaba hacía que todo se precipitara y mirabas alrededor y nadie se atrevía a dar el paso. Ahora, con el tiempo, te alegras de haber tomado la decisión difícil de ser responsables y prudentes", asegura el cofrade mayor. 

Un año después, y aprendiendo a convivir con el virus, El Rescate volverá a estar cerca de los suyos. Nada es como antes pero hay cosas que nunca cambian. Sin contacto, sí. Pero con la disposición de mantener la tradición de cada primer viernes de marzo, con la esperanza de que al menos quedarán las miradas cómplices que los parroquianos trazan ante un Dios hecho madera. 

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