Una semana santa a medias

Otro año más la lluvia ha aguado la Semana Santa, que sólo hemos disfrutado a medias. Y nunca mejor dicho porque de los ocho días que tiene la semana de pasión cuatro ha llovido y cuatro ha hecho buen tiempo permitiendo salir a las cofradías del día y completar sus estaciones de penitencia. Un año más por tanto con lluvia que impide tener una semana santa completa, que no disfrutamos desde hace más de una década. Y eso que este invierno ha sido de los más secos de la historia.

Así, Granada ha tenido Domingo de Ramos, Miércoles Santo, Viernes Santo a medias, Sábado y Domingo de Resurrección. El resto de días, lluvia y más lluvia.

El Domingo de Ramos fue perfecto. La salida de la Borriquilla, este año más adelantada, abrió una semana irregular en lo meteorológico pero notable en cuanto a las hermandades y cofradías, que cada año avanzan y crecen en calidad y que salvo algunas excepciones responden a la catalogación de esta fiesta como de Interés Turístico Internacional.

El Lunes Santo llegó la lluvia, que sorprendió a la hermandad del Trabajo en la calle obligando a refugiarse en el Parque Sur de Bomberos, desde el que regresó a su templo. La lluvia precisamente fue la que obligó ese día a suspender la salida del Rescate, Huerto y San Agustín, no así la de la hermandad de los Dolores, que se arriesgó a salir pese a la lluvia y se mojó.

También se mojó la cofradía de la 'Cañilla' el Martes Santo. Ese día la lluvia también fue la protagonista. De hecho, suspendieron su salida las cofradías de la Lanzada, Vía Crucis y Esperanza. Pero la hermandad de la 'Cañilla' arriesgó y por Ganivet les cayó el diluvio, obligando a su regreso precipitado al Realejo.

El Miércoles Santo, oasis. Las cinco cofradías de ese día pudieron salir sin problemas y culminar sus estaciones penitenciales. Pero fue un paréntesis porque el Jueves Santo volvió el agua. Todas las cofradías de ese día (Redención, Aurora, Estrella, Concha y Silencio) suspendieron por segundo año consecutivo su salida.

El Viernes parecía que mejoraba pero al final tampoco. Esa jornada hubo de todo. Los Ferroviarios salió pero se tuvo que volver desde la propia Avenida de la Constitución y las otras cuatro del día, con salidas más tardías, sí salieron pero en sus regresos les tocó sufrir también la lluvia.

La borrasca finalmente pasó y tanto el Sábado Santo como el Domingo de Resurrección se pudieron celebrar completos.