Cuaresma Granada

Un 'stabat mater' para el recuerdo

  • El vía crucis oficial de la Federación de Cofradías, con el Cristo de la Misericordia y la Virgen de la Soledad, permite hace una lectura sobre la historia y el patrimonio cofrade de Granada

Un 'stabat mater' para el recuerdo

Un 'stabat mater' para el recuerdo / X (@passio_granada) (Granada)

El 2024 es un año singular para la Semana Santa de Granada y también para la Historia del Arte. De un lado, porque la sociedad granadina acude al primer centenario de la una nueva forma de hacer y entender la propia Semana Mayor, como gran acontecimiento, amparado por una monumentalidad y exuberancia que ha ido creciendo exponencialmente -y no sin dificultades- a lo largo de las últimas diez décadas. Del otro, porque Granada se dispone a celebrar el tercer centenario de la muerte del insigne escultor José de Mora, uno de los grandes exponentes del Barroco granadino, andaluz y español.

Con la celebración del vía crucis oficial de 2024, promovido por la Federación de Cofradías y con la participación de las hermandades del Silencio y del Santo Sepulcro, se conjugan ambas realidades: historia y patrimonio. Dos claves que permiten hablar del legado de la Semana Santa en este último siglo.

Una nueva Semana Santa

La estampa e imagen que ofrece la Semana Santa de Granada y sus cofradías hubo ocasión de rubricarla el pasado mes de octubre, durante la celebración de la procesión magna. De su historia, cabe hablar también por la celebración de los centenarios de cofradías como las de El Silencio y Santo Sepulcro, que entraron a formar parte de la sociedad granadina como respuesta al impulso que pretendía darse, desde los medios de comunicación y desde las instituciones culturales, a una celebración que hasta el momento no pasaba de discreta; y con una imagen en obsolescencia, como quedó puesto de manifiesto a través del declive de las procesiones antológicas.

Una idea que defiende el profesor e investigador Álvaro Guerrero, que se ha encargado de trabajar sobre la Semana Santa de Granada en el siglo XIX. "El modelo de Sevilla o Málaga se había ido difundiendo por toda Andalucía y en Granada la prensa, la burguesía y el Centro Artístico empezaron a buscar una forma de salir de la apatía en la que se había entrado en los últimos años, y en la falta de organización que había". Como consecuencia, y en la búsqueda de esa reconversión y actualización, empezó el auge de hermandades como la del Santo Sepulcro: "habría que hablar de una refundación, donde las hermandades del Santo Sepulcro y de la Soledad se unen para salir de esa apatía. De hecho se sabe que estuvieron buscando documentación histórica para indagar en su pasado, pero los archivos se perdieron durante la Guerra de la Independencia".

Una iniciativa que tomó también la Hermandad del Silencio: "es un cambio que se estaba pidiendo en la sociedad granadina, especialmente después de haber procesionado la imagen con el Centro Artístico. Era una forma de salvar la Semana Santa y supuso, también, una forma donde la burguesía granadina supo ganar prestigio".

Patrimonio cofrade

En el resurgir de la Semana Santa hace ahora un siglo permite ver cómo la estrategia de la sociedad granadina de 1924 fue rebuscar entre las iglesias y conventos para rescatar las obras de escultura más representativas de la Historia del Arte granadino. Lo que pasaba, necesariamente, por recalar en aquellos trabajos que dejó para la ciudad y el patrimonio religioso el bastetano José de Mora. Prueba de ello es la labor que hicieron El Silencio, Santo Sepulcro o, más tarde, la Hermandad de las Maravillas.

En este primer viernes de Cuaresma se va a poder contemplar, de forma excepcional, dos de esas grandes tallas que se recuperaron para un uso procesional: el Cristo de la Misericordia y la antigua dolorosa de la Congregación de San Felipe Neri, la Virgen de la Soledad. Lo harán, además, procesionando juntos. ¿Un hito para la historia patrimonial de la ciudad?

El profesor José Antonio Díaz, del departamento de Historia del Arte de la Universidad de Granada, interpreta este acontecimiento en una doble clave: una desde la óptica del patrimonio y la historia cofrades y del otro desde la parte científica que envuelve a la obra de José de Mora. Una imagen que, lejos de casar, se dibuja en líneas divergentes. De esta manera, "la presentación del Cristo de la Misericordia y de la Virgen de la Soledad permite hace una recuperación cofrade de una imagen insólita que permite disfrutar, a la vez, de dos imágenes que son icónicas dentro de la Semana Santa de Granada que hablan de los vestigios históricos de principios del siglo y vinculada al Centro Artístico".

Sin embargo, en opinión de Díaz, nada que ver con la imagen y expresión científica del arte: "Para la comprensión, estudio, reflexión o análisis de la obra de José de Mora o del Barroco esta escena no supone nada que sea relevante". Puesto que ambas obras nunca fueron concebidas para componer un stabat mater como el que ahora se presenta: "Una procesión no es lo más idóneo para contemplar las imágenes, y tampoco la conformación de un conjunto como este no nos permite tampoco entender mejor a José de Mora, porque son obras diferentes, que nunca estuvieron pensadas para verse juntas". 

Así, el vía crucis de las cofradías de Granada de 2024 permite conjuntar en un mismo espacio, sobre una pequeña parihuela, una cuestión primordial: el legado histórico que las cofradías granadinas empezaron a construir hace ahora un siglo, y de la que Granada sigue recogiendo sus más y mejores frutos, sustentando por la devoción y la admiración de un patrimonio sin igual.

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