Cuaresma Granada

Granada arropa al vía crucis de las cofradías

  • La estampa del Cristo de la Misericordia y la Virgen de la Soledad convocan a miles de personas a este acto de piedad

  • El arzobispo de Granada, José María Gil, preside el acto y se acuerda de las víctimas del incendio de Valencia

Vía crucis de las cofradías en Granada

Vía crucis de las cofradías en Granada / Jose Velasco (Granada)

Desde 1944 no se repetía una estampa así: la de ver a la Virgen de la Soledad del Calvario arrodillada a los pies de la cruz del Cristo de la Misericordia. Una imagen histórica e icónica que tenía lugar este viernes de la primera semana de Cuaresma para conmemorar el centenario de las cofradías del Silencio y del Santo Sepulcro y presidir el vía crucis oficial de la Federación de Cofradías.

Un acto piadoso que, a pesar de las previsiones meteorológicas, pudo llegar a celebrarse y consiguió aglutinar a miles de personas desde la salida de la Iglesia de San Pedro y San Pablo hasta el interior de la Catedral, acompañándose además por un gran número de hermandades y cofradías que quisieron sumarse a esta conmemoración en el inicio de la Cuaresma granadina.

El rezo de las catorce estaciones estuvo presidido por el arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo, quien no quiso dejar pasar la ocasión, al inicio del vía crucis, para dedicar las intenciones y frutos espirituales a las víctimas y familias del incendio de Valencia.

Contra todo pronóstico

La AEMET había avisado de la bajada de temperaturas y de la presencia de lluvias a lo largo de toda la jornada del viernes, poniendo en peligro la procesión de traslado de las imágenes originales de José de Mora hasta la Catedral. Sin embargo, el cielo se contuvo y respetó a las dos cofradías. Al menos en un primer momento.

A la hora prevista, y con una gran afluencia de público a las puertas de San Pedro y San Pablo, se abrieron las puertas del templo y empezó a discurrir el cortejo, nutrido no solo por los hermanos de las cofradías convocantes sino también por un gran número de hermandades penitenciales; componiendo, así, uno de los cortejos más poblados de los últimos años en cuanto al vía crucis oficial se refiere.

Sobriedad y recogimiento al paso de las angarillas con el Cristo de la Misericordia y la Virgen de la Soledad. El silencio se hizo a lo largo de todo el recorrido, solo interrumpido por las campanas a duelo de San Pedro, el racheo de los costaleros y la música de capilla.

Singularmente especial fue el momento en el que la luz del sol impactó sobre las imágenes a su salida. Una estampa que no resulta habitual, tampoco en Semana Santa. Había que remontarse a 2009 para recordar algo así, cuando el crucificado original de José de Mora salió a la calle para participar en la Passio Granatensis. E igualmente con la Virgen de la Soledad, que a la hora de hacerse presente el Viernes Santo, generalmente, no permite disfrutar de la obra con luz natural.

Admiración y disfrute entre los cofrades, que se supieron testigos de excepción de una estampa tan sublime como efímera. Quién sabe cuándo volverá a tener lugar. Quién sabe cuándo, dos joyas imponentes del mejor Barroco andaluz, confluirán sobre una misma parihuela.

La lluvia suspende el traslado

Finalizado el vía crucis, y tras la intensa lluvia que arreció en torno a las nueve de la noche, ambas hermandades decidieron suspender su vuelta hasta San Pedro. De esta manera el cortejo se disolvió y quedó emplazado al sábado, a las seis la tarde, para afrontar la vuelta de ambas imágenes a sus respectivas sedes canónicas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios