Paisaje y Paisanaje

Paco "el montañero"

  • "Quien plantee ampliar la estación de esquí en el parque nacional o no tiene ni idea o no tiene sensibilidad (o las dos y esos son los más peligrosos)"

A Paco Fernández, le conoce todo el mundo como "el montañero", especialmente en La Chana. Se crió en Plaza Nueva y sus primeros escarceos de chaval eran por la Fuente del Avellano, el río Darro y la subida al Sacromonte desde donde contemplaba Sierra Nevada en la distancia y esperaba el momento de poder conquistarla.

Su mirada se fijaba especialmente en el Veleta y soñaba con poder ascenderlo. Recuerda sus primeras incursiones por la Sierra con poco más de 15 años en las que se aventuraba con la pandilla por recorridos de la baja montaña.

Poco después se apuntó al club de las Cuatro 'P' (Cuatro Picos) donde conoció al que señala como su primer guía y maestro, al ya mítico Pepe Borland, y a su socio en Deportes Nevada (una de las tiendas pioneras en la venta de artículos de esquí y de montaña), Pepe Requena.

También en esa primera etapa formativa influyeron especialmente Antonio Lizancos de la Sociedad Sierra Nevada, Pablo Bueno, el Padre Ferrer… aunque pronto soltó amarras y se hizo autodidacta.

Recién casado traslada su residencia a La Chana y monta junto a un profesor, D. Camilo, el Club de Montañismo Santa Micaela en el que inició a muchas familias en la afición al senderismo infundiendo a varias generaciones el respeto y el amor a la montaña y a la naturaleza. Algo pillaría yo también.

Cuando me encuentro con él siempre le hago la misma pregunta: ¿dónde has estado este fin de semana? Y me cuenta su última ruta, por dónde ha subido, hasta dónde ha llegado, las plantas que ha visto en flor, o me dice que ha visto un enorme macho (de cabra montés) en tal o cual paraje.

–¿Recuerdas tu primera excursión a la Sierra?

–Pues fue en febrero de 1962. Salí con unos cuantos amigos por Los Rebites y llegamos hasta El Purche. Unos días después fuimos al Hotel del Duque y luego al Canal de la Espartera. Y desde entonces no he parado, je, je.

–¿Cómo era entonces la Sierra?

–Ha cambiado mucho, en diferentes aspectos. Por ejemplo, antes había mucha más nieve que llegaba en verano hasta el Collado de las Sabinas, al monte Ahí de Cara, por encima del Dornajo. Te cuento que yo conocí Pradollano cuando literalmente era así: un prado verde con mucha agua y cultivos de papas y otros de montaña. Y lo que se conoce como Borreguiles, en la parte alta de la estación de esquí, lo recuerdo cuando eran unos inmensos “borreguiles” de verdad, con todas las joyas botánicas de la Sierra.

En Vacares En Vacares

En Vacares / I. H.

–¿Cómo te desplazabas?

–Muchas de las excursiones se iniciaban en el Charcón al que llegábamos en tranvía que era muy barato pero a veces no teníamos ni para eso y nos ahorrábamos uno de los trayectos, a la ida o a la vuelta, que hacíamos andando.

–El material y equipo de entonces era muy diferente, ¿no?

–Bueno, hasta los años 70 no había equipo ni ropa adecuada, ni sitio donde comprarlos… ni tampoco dinero para hacerlo, je, je. Con el tiempo afortunadamente ha ido creciendo la oferta de materiales, vestimenta adecuada y el nivel económico para poder adquirirlos aunque ahora hay gente que parece salida de un catálogo de una tienda (no diremos nombres), pero no sabe lo esencial para poder adentrarse en la montaña.

–Hay sitios a los que peregrinas todos los años…

–Sí, hay fijos, incluso a los que voy varias veces como el Caballo, que visité el año pasado 6 veces o las aristas del Veleta que las hago en todas las estaciones del año.

En un mojón En un mojón

En un mojón / I. H.

–Desde que te jubilaste incluso sales más.

–Bueno en la memoria anual del 2018 (desde hace unos años me cuenta que lleva una ficha de cada salida y hace balances mensuales y anuales), tengo recogidas 146 salidas entre las que se incluyen también las que hago a otras sierras granadinas. En estos primeros días de este año he estado en la Maroma, en el Pico del Caballo, en el Trevenque y en Sierra Arana. Hasta que no cambien las condiciones de la nieve, que están muy peligrosas, no es conveniente salir a las cumbres y prefiero ir por la baja y media montaña. Aparte, como entrenamiento, todas las mañanas voy al Cerro del Sol, al Llano de la Perdiz. Siempre subo por la Cuesta de los Chinos y bajo alternativamente por el barranco del Abogado, por Cenes, por Jesús del Valle…

–¿Sólo o en compañía?

–Hay lugares a los que no es conveniente ir sólo y más ahora con mis casi 75 años y la lesión del hombro pero me gusta ir sólo muchas veces, es como más me detengo a observar detalles, a recrearme en aspectos que cuando voy con otros compañeros no hago.

–¿Te queda algún lugar por descubrir, un sitio pendiente?

–Me he pateado toda Sierra Nevada, tanto la granadina como la almeriense, a cada sitio en diferentes ocasiones ya que varía mucho de un momento a otro del año.

Conversar con Paco no tiene límite y no elude ninguno de los temas 'polémicos' manifestándose con rotundidad y claridad con la autoridad que le da el conocimiento y la experiencia.

–Hay gente que plantea volver a abrir la carretera "más alta de Europa" y volver a conectarla con la Alpujarra, ¿qué opinas?

–Eso sería una 'puñalá' mortal a la Sierra que ya está muy castigada y muy masificada en verano por esa zona entre el Veleta y el Mulhacén.

–El Partido Popular llevaba en su programa la ampliación de la estación de esquí y sus socios de gobierno, Ciudadanos, son partidarios de "que se estudie el asunto", ¿qué piensa un 'viejo montañero' al respecto?

–Me parece un error siquiera plantearlo. La estación de esquí debe quedar donde está que ya es un sacrificio que se ha hecho pero no debe crecer más. Además, ¿por dónde? ¿Por el San Juan? El gobierno compró esa finca, una de las mas bellas e importantes precisamente para evitar la especulación. ¿Por el Caballo? Una locura, aparte de que es la zona donde menos dura la nieve, sería un atentado salvaje. Mira, como tú muy bien sabes, Sierra Nevada es majestuosa y muy bonita pero la gente tiene que entender que es muy frágil y vulnerable, es como una isla ártica en un contexto mediterráneo, al sur de Europa. De ahí su grandeza, su singularidad y la gran biodiversidad que atesora. Quien plantea proyectos de ese impacto en un parque nacional es que no tiene ni idea o no tiene sensibilidad o ninguna de las dos y esos son los más peligrosos.

–¿Qué hace falta en las montaña, más educación o mas 'policía'?

–Más educación. No puede haber guardas por toda la Sierra y además no serviría de nada si la gente no es consciente de su valor.

–¿Dónde recomiendas empezar a conocer la montaña?

–Hay que iniciarse en recorridos suaves con buenas vistas y es preferible empezar por la baja montaña, la Boca de la Pescá, o el Collado de Matas Verdes, por ejemplo.

–Te gusta leer todo lo que se publica sobre la Sierra, dime un libro que todo el mundo debería tener.

–Yo aconsejo leer mucho antes de ir a un sitio. Ahora hay muchas publicaciones del parque que ayudan mucho a disfrutar más de las visitas. Pero hay un clásico que es el del Padre Ferrer que es obligado tener en la biblioteca y leer y releer y ver las fotos. Cuando se publicó por primera vez eran muy novedosas las imágenes aéreas, que contiene. Yo colaboré con el fotógrafo al que acompañaba con aquellos pesados equipos a buscar enclaves que nos había encargado el Padre Ferrer. Cuando se publicó el libro nos lo vendieron a los colaboradores a la mitad de precio (700 pesetas) que en mi caso fue un regalo de Pepita, mi mujer, por lo que además le tengo un especialísimo cariño.

–Me despido con una pregunta:¿A dónde me vas a llevar la próxima vez?

–Esta primavera te aviso cuando esté el deshielo en Piedra Resbaladiza. Te va a encantar.

Y quedamos emplazados.

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