Sociedad

Perseidas 2022: dónde y cuándo ver la lluvia de estrellas

Imagen de la lluvia de perseidas de 2021 en Estados Unidos

Imagen de la lluvia de perseidas de 2021 en Estados Unidos / NASA/Bill Ingalls

Las lluvias de estrellas no son un hecho único y especial que tiene lugar cada mucho tiempo, sino que ocurren varias veces al año todos los años. Sin embargo, son las veraniegas las que suelen llevarse todo el protagonismo y, especialmente en agosto, las más importantes son las perseidas.

Como todos los veranos, las estrellas fugaces se podrán ver mejor las noches entre las noches del 12 al 13 de agosto, que este año 2022 serán viernes y sábado. Esta lluvia de meteoros, que también es popularmente conocida como lágrimas de San Lorenzo (dada su proximidad al diez de agosto, en el que se celebra la festividad de este santo), en realidad es visible durante todo el verano en el hemisferio norte. Según el Instituto Geográfico Nacional, se pueden ver en el cielo nocturno desde el 17 de julio y terminarán aproximadamente el 24 de agosto. Así que, aunque no se puedan ver durante sus días de mayor actividad, siempre habrá otras oportunidades hasta finales de mes.

La luna, el principal impedimento

Si las deltas acuáridas de este año pudieron verse con más facilidad porque su momento de más ritmo coincidía con la luna nueva, para las perseidas sucederá lo contrario. Según el IGN, la luna llena de agosto tendrá lugar el viernes 12, coincidiendo con la noche en la que las perseidas tendrán más actividad. Esto complicará su visibilidad, dada la luz reflejada por el satélite durante su plenilunio. Por ello, para aumentar las posibilidades de avistar alguna estrella fugaz lo ideal será fijarse en las zonas más oscuras del cielo y en dirección contraria a la luna.

El cometa 109P/Swift-Tuttle y Perseo

Si a esta lluvia de estrellas se las conoce como lágrimas de San Lorenzo por la cercanía de su clímax a la festividad del santo, el nombre de perseidas se le otorga porque parece que procede de la constelación de Perseo. Sin embargo, esta lluvia de meteoros se produce porque la Tierra cruza a principios de agosto la órbita del cometa 109/Swift-Tuttle y las pequeñas partículas de la cola de este entran en contacto con la atmósfera a gran velocidad y sufren la fricción hasta vaporizarse, provocando el fulgor que hace que las llamemos estrellas fugaces.

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