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“Nos sentimos muy valorados por la sociedad”

  • "Confíe en su veterinario, como ganadero, como profesional de la alimentación, como restaurador o como ciudadano con animales", demanda José Miguel Mayor Moreno, presidente del Colegio de Veterinarios de Granada

José Miguel Mayor Moreno, presidente del Colegio de Veterinarios de Granada.

José Miguel Mayor Moreno, presidente del Colegio de Veterinarios de Granada.

José Miguel Mayor Moreno nace en Aranda de Duero (Burgos). Es licenciado en Veterinaria por la Universidad de León. Comienza su actividad profesional en el mundo del porcino en el año 2001. Funcionario del Cuerpo Superior Facultativo de Veterinarios de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, desde el año 2004, ha trabajado en diversas Oficinas Comarcales Agrarias de la provincia de Granada, así como en el Laboratorio de Producción y Sanidad Animal que la Junta de Andalucía tiene en Santa Fe.

Actualmente es director de la Oficina Comarcal Agraria de la Alpujarra–Valle de Lecrín, con sede en Órgiva. Forma parte de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Veterinarios de Granada, como Vocal de Ganadería desde el año 2009 hasta diciembre de 2016, momento en el que pasó a ocupar el puesto de Secretario hasta febrero de 2020; y, desde esta fecha hasta la actualidad, ejerce la presidencia del Provincial Veterinario granadino.

–¿Cuáles son los principales retos que afronta actualmente el Colegio de Veterinarios tras la pandemia?

–En primer lugar, creo que habría que modificar en la pregunta la preposición “tras”, por “durante”, ya que hablar de la pandemia en pasado creo que no es correcto, y aunque está claro que fotografía actual es mucho mejor, que la de hace meses, sobre todo debido al porcentaje de inmunización, el virus sigue con nosotros, y debemos seguir manteniendo la precaución. Entrando ya al fondo de la pregunta, los principales retos de la profesión y por lo tanto del Colegio son varios. En el ámbito de la Salud Pública, en medicina preventiva, la lucha contra las resistencias antimicrobianas, ofreciendo a la sociedad, desde el ámbito de los animales de compañía, y de los productores de alimentos, alternativas de manejo de los animales y herramientas terapéuticas adecuadas que permitan disminuir el uso de antibióticos, y que los que prescribamos se utilicen de forma racional, buscando siempre la eficacia. Sin antibióticos eficaces para la atención y prevención de las infecciones, podríamos sufrir un retroceso a la era anterior a los antibióticos, cuando una infección bacteriana corriente, como una neumonía, podía suponer una sentencia de muerte. Y el éxito de tratamientos como el trasplante de órganos, la quimioterapia o la cirugía se vería comprometido.En otro sentido, al igual que el resto de profesiones, estamos inmersos en la digitalización, que está cambiando la forma de relacionarnos con la sociedad y por supuesto, con nuestros colegiados. En los últimos meses, y empujados claramente por los confinamientos, hemos dado un salto en la formación online, apoyados por el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Veterinarios y por la Organización Colegial Veterinaria Española, ofreciendo todos los meses dos y tres cursos o jornadas digitales, de gran calidad, que han tenido una gran acogida entre los veterinarios granadinos. También estamos trabajando en crear un nuevo entorno web actualizado y adaptado a esta nueva realidad.

–¿Qué papel juega la institución para la profesión y los propios colegiados?

–El Colegio Oficial de Veterinarios de Granada, que actualmente tiene más de 430 colegiados, representa a todos los veterinarios de la provincia ante las administraciones y ante la sociedad y defiende sus intereses.Tiene la responsabilidad de mantener una formación continua de los profesionales y para ello, como le he mencionado antes, programamos actividades a lo largo del año para mejorar el servicio que los veterinarios prestamos a la sociedad. Además, como garantía ante esta sociedad, las Organizaciones Profesionales, tenemos la responsabilidad de controlar el ejercicio de nuestras profesiones. La Comisión Deontológica colegial tiene el deber de verificar que la profesión se ejerce de acuerdo con la legalidad vigente, siguiendo una serie de principios, deberes y reglas éticas, recogidas en el Código Deontológico Veterinario.

–¿Qué asuntos profesionales le preocupa más?

–Son varios los asuntos que actualmente nos tienen más preocupados y ocupados. Como el reconocimiento de los Centros Veterinarios como Centros Sanitarios, puesto que en ellos se está haciendo todos los días prácticas de Salud Pública, y no puede ser que no estemos reconocidos como tal, y que estemos gravados con un IVA del 21 %, que claramente no nos corresponde. Nos preocupa también, como no, el borrador de anteproyecto de Ley de Protección y Derechos de los Animales, en el que consideramos que no se ha contado con el criterio de los profesionales en el bienestar animal, que somos los veterinarios.

Hemos estado encima, también, de la figura del Veterinario de Explotación, que definirá la actuación del veterinario en la ganadería española en los próximos años. También nos inquieta la situación que sufrimos desde hace años en la provincia, más acentuada en las comarcas más rurales, con respecto a la precaria cobertura de veterinarios funcionarios, encargados de velar por la Sanidad Animal y la Salud Pública en el sector primario, que deja en una situación de debilidad a nuestro sector ganadero.

–¿Se sienten valorados por la sociedad o considera que no percibimos la importancia de la profesión?

–Nos sentimos muy valorados por la sociedad, al menos es lo que nos llega en el día a día, creo que somos una profesión apreciada, y la exigencia de nota cada vez mayor para iniciar los estudios del Grado en Veterinaria, así lo atestiguan. Aunque no es menos cierto, que la gran mayoría de la gente desconoce partes muy importantes de una profesión tan amplia como la Veterinaria. Y es que actualmente, fruto de que la mirada urbana es la mayoritaria, se nos encuadra rápidamente en la medicina de los animales de compañía. Pero la profesión es mucho más amplia, y nos dedicamos también a asesorar a los ganaderos, para que se obtengan productos de origen animal, con unos criterios de calidad altísimos, tanto en bienestar e higiene, como en características sensoriales. También nos encargamos de la salud alimentaria, vigilando e inspeccionando todos los procesos a los que se someten los alimentos, hasta que llegan a nuestras mesas. Y el equilibrio medioambiental ligado a estos procesos, y su interacción con los ecosistemas. Y por supuesto, en la investigación y docencia en todos estos ámbitos.

–¿Qué reivindicaciones tienen para el 2022?

–La profesión veterinaria ha estado desde su origen ligada al mundo rural, y una de las líneas maestras de esta Junta de Gobierno, ha sido la reivindicación de las razas ganaderas autóctonas, con especial interés por aquellas que están en peligro de extinción. En nuestra provincia, a parte de las más conocidas oveja Segureña y cabra Murciano-Granadina, tenemos razas como la vaca Pajuna, las ovejas Lojeña, Montesina y Marqueseña (variedad de la Segureña), que después de miles de años de selección por parte del hombre, y de adaptación a un medio y una orografía tan singulares, están a un paso de la desaparición. Desde el Colegio Oficial de Veterinarios de Granada, estamos apoyando a los ganaderos, que están defendiendo a estos animales y a nosotros como sociedad, de lo que sería una enorme pérdida.

En estos momentos estamos embarcados en un proyecto para la puesta en valor de la Raza Bovina Pajuna, nuestra vaca de Sierra Nevada, en el que hemos sumado a la Asociación de Ganaderos de la Vaca Pajuna, a la Universidad de Granada y a la de Córdoba, luchando para la obtención de financiación para el mismo. Por eso, para el 2022, quisiéramos que cuando se acude a un restaurante en Granada, pensáramos en la grandísima calidad de los productos de nuestra tierra, que no tienen nada que envidiar a otros y que generan tanta riqueza y no sólo económica, en nuestra provincia.