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Sol Poniente, pionera en la recuperación del acuífero

  • Como gestores de esta infraestructura Sol Poniente mejoró el abastecimiento en los 90 con dos balsas más

Sol Poniente, pionera en la recuperación del acuífero

Sol Poniente, pionera en la recuperación del acuífero / D. A.

El pantano de Benínar inició su construcción en 1976 en plena Transición española. Siete años fueron necesarios para ver el resultado de una inversión superior a los 3.000 millones de pesetas. Alimentado por las aguas del río Grande de Adra, descendiente de Sierra Nevada y situado en el término municipal de Berja, el embalse vio finalizadas las obras en 1983. Pero la red de riego que garantizaba el agua a 2.200 hectáreas de invernadero del Sector VI del Poniente, con las balsas de la Cuesta de los Alacranes, la Ñeca y Cuatro Vientos, tardaría cuatro años más en estar lista.

La obra de la red, instalada por el Instituto Andaluz para la Reforma Agraria (IARA) con un presupuesto cercano a los 300 millones de pesetas, fue dividida en dos fases. Una inicial, por 122 millones de pesetas y comprendida entre 1983 y 1985, la cual consistió en la colocación de 12,8 kilómetros de tubería para la conducción del canal de Benínar a Almería. Y una segunda, ejecutada por más de 160 millones de pesetas entre 1986 y 1987. En ella, se procedió a la adecuación de los enlaces y la red de riego del sector VI. La balsa calificada como E-I, cercana a la Cuesta de los Alacranes y con una capacidad de 10.000 metros cúbicos, fue testigo de la cesión, por parte de la administración pública a la Comunidad de Regantes Sol Poniente, de la gestión del volumen de agua de Benínar, unos 6 hectómetros cúbicos, y de las obras pendientes que conformaban el entramado de tuberías de riego en este sector.

Con 700 socios, en 1987 la Comunidad de Regantes Sol Poniente asumió esta responsabilidad dando cuenta de la utilidad de su inestimable labor. Las balsas E-II y E-III, en el Paraje de La Ñeca y Cuatro Vientos, capacitadas para el almacenamiento de 8.300 y 9.000 metros cúbicos, se encargaban, junto a la E-I y las arquetas instaladas al pie de la tubería de enlace de la Confederación Hidrográfica, de romper la fuerte presión con la que el agua llegaba a estos puntos para graduarlas hasta las 3 atmósferas con las que terminarían en los hidrantes instalados cada 3 hectáreas dentro del sector VI.

Como gestores de esta infraestructura, Sol Poniente mejoró el abastecimiento en los 90 con dos balsas más: la IV y la VI en la parte sur. Y es que el embalse de Benínar nunca ha dejado de ser noticia. Este 2022 ha pasado de ser declarado en situación de excepcional sequía en el mes de marzo a triplicar el agua embalsada entre abril y mayo, alcanzando el 25,36% de su capacidad total de 62,90 hectómetros cúbicos.

Desde la puesta en marcha de la desaladora en 2018, cabe destacar que las instalaciones del canal de Benínar también son utilizadas para cubrir las deficiencias en años de sequía mediante la conducción del agua desalada, cuya aportación al Poniente es de 30 hectómetros cúbicos anuales, cumpliendo así con el objetivo de recuperación del acuífero, que es el objetivo ineludible de todos los usuarios de de la Junta Central de Usuarios del Poniente almeriense.

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