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El Parlamento griego investigará escándalo de escuchas que presiona a Mitsotakis

  • La comisión pretende dilucidar quién ordenó a los servicios secretos helenos que espiasen a políticos y periodistas

  • La oposición acusa al Ejecutivo de adoptar un modelo de Gobierno "totalitario"

El líder de Pasok, Michalis Katrinis, interviene ante el Parlamento griego.

El líder de Pasok, Michalis Katrinis, interviene ante el Parlamento griego. / Efe

El Parlamento griego aprobó este lunes la creación de una comisión de investigación para esclarecer el escándalo de escuchas a políticos, como el líder socialdemócrata, Nikos Andrulakis, y a varios periodistas, un caso que ha dejado al primer ministro conservador, Kyriakos Mitsotakis, sin un potencial aliado político en las próximas elecciones generales.

La solicitud planteada por los socialdemócratas de Pasok-Kinal (tercera fuerza del Parlamento) sólo requería del apoyo de 120 de los 300 diputados de la Cámara (dos quintos) y salió adelante con el apoyo de toda la oposición, desde el izquierdista Mera 25, partido del ex ministro de Finanzas Yanis Varufakis, hasta los ultraderechistas de Solución Griega.

Contó con la abstención del partido gubernamental Nueva Democracia, que no quiso dar la sensación de que pretendía obstaculizar el esclarecimiento de este escándalo.

La comisión pretende investigar quién fue el que ordenó a los servicios secretos helenos (EYP en sus siglas griegas) que escucharan al también eurodiputado Andrulakis cuando era candidato para la presidencia de partido, qué otros políticos o periodistas han sido espiados por EYP, y dónde exactamente se encuentra el expediente con los resultados que dieron las escuchas a su líder.

Aunque el líder conservador podía ver hasta ahora en los socialdemócratas de Pasok-Kinal el único posible socio de Gobierno, en caso de que no volviera a ganar la mayoría absoluta en las elecciones de 2023, está posibilidad prácticamente ya no existe.

Y es que a principios de agosto salió a la luz que los servicios secretos griegos -que responden directamente ante el primer ministro- escuchaban a Andrulakis cuando era candidato a la presidencia de Pasok.

Los partidos de oposición acusan al Ejecutivo de adoptar un modelo de Gobierno "totalitario" y de crear una "red paraestatal" para controlar los acontecimientos políticos.

El escándalo, a causa del cual ya han dimitido el jefe de los servicios de inteligencia helenos, Panayotis Kontoleon, y el jefe de gabinete de Mitsotakis y a la sazón su sobrino, Grigoris Dimitriadis, ha puesto contra las cuerdas al primer ministro, quien insiste en que "no conocía" que EYP (siglas griegas de los servicios secretos helenos) escuchaba a Andrulakis.

Sus argumentos no han podido convencer ni a Pasok ni al principal partido de oposición, el izquierdista Syriza, que le acusan de ser el "cerebro" de las escuchas al líder socialdemócrata con el fin de tomar como "rehén" a la tercera fuerza política de Grecia.

Poco antes de dimitir como jefe de EYP, Kontoleon reconoció supuestamente ante la Comisión de Instituciones y Transparencia del Parlamento que la agencia escuchaba también a Thanasis Kukakis, periodista de CNN Grecia que investigaba crímenes financieros, y por lo menos un periodista más ha denunciado también la intervención de su móvil.

Según informaciones del diario griego Kathimerini, entre siete u ocho políticos estaban "últimamente" siendo escuchados por los servicios secretos.

El portavoz del Gobierno, Yanis Ikonomu, evitó desmentir estas informaciones y ante las incesantes preguntas de la oposición se limitó a señalar que el Ejecutivo "no tiene constancia" de que se escuchara a más políticos o periodistas.

Durante un debate parlamentario el viernes, el líder de Syriza y ex primer ministro Alexis Tsipras, afirmó que la prueba de que Mitsotakis es "culpable" es su insistente negativa a retirar la ley que aprobó el Gobierno tras las primeras denuncias de Kukakis en 2021.

Esa ley impide a la Autoridad para la Protección de la Privacidad en las Comunicaciones de Grecia (ADAE) informar a quien haya sido objeto de escuchas de que se ha producido una intervención telefónica.

Según Tsipras, si Mitsotakis retirara esta ley saldrían a la luz todos los demás casos, y por eso el primer ministro se niega a hacerlo.

Si bien la reputación de Mitsotakis ha quedado dañada, sobre todo en la prensa internacional, donde se han comparado las prácticas al sombrío periodo de la Junta de los Coroneles, queda por ver si saldrá tocado el año que viene en las urnas, no sólo porque todavía hay mucho tiempo por delante -salvo que adelante la cita electoral- sino porque a la ciudadanía le preocupan más otros temas.

Según las últimas encuestas demoscópicas, la conservadora Nueva Democracia sigue aventajando al izquierdista Syriza en entre siete y ocho puntos porcentuales, y entre los temas que más preocupan a la población, el encarecimiento del coste de vida figura con distancia como el primero.

Aún así, según el instituto Public Issue dos de cada tres griegos creen que Mitsotakis es el responsable político de este escándalo, y uno de cada dos incluso piensa que debería dimitir.

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