Patrimonio

El museo del Santo Ángel se consolida como la gran muestra de arte sacro de Sevilla

Las nuevas salas del museo del Convento del Santo Ángel en Sevilla. / José Ángel García

Empezó con cuatro salas y ya suma diez. Mientras desde el Ayuntamiento hispalense se plantea estos días la sede de un futuro museo de arte sacro de la ciudad (que se instalaría en el Castillo de San Jorge, en Triana), Sevilla cuenta desde 2015 con una muestra permanente de piezas artísticas de primer orden de carácter religioso y que se pueden contemplar casi a diario. Se trata del museo del Convento del Santo Ángel, que recientemente ha inaugurado nuevas dependencias con enseres de orfebrería y bordados que atesora la orden carmelita. 

"Todo el espacio reúne unas 5.000 piezas", detalla el prior del Santo Ángel, fray Juan Dobado, un experto en arte e impulsor del principal museo conventual que tiene hoy día la capital andaluza. Las hay de toda clase y manufactura. Desde pinturas de gran mérito, muy valoradas por los especialistas que recorren las salas de forma individual, a piezas de carácter popular que encadilan a los grupos de visitantes que conciertan cita para conocer la muestra. 

La última incorporación expone enseres de uso cotidiano en la iglesia del convento, situado en la calle Rioja. Se trata de dos salas para cuya habilitación se han acometido obras de reforma durante el verano. La primera de ellas se denomina Sancta Sanctorum. Reúne piezas de orfebrería de gran interés. Entre ellas ha de destacarse el frontal de altar de plata del siglo XIX que se emplea en las grandes celebraciones. No pasa desapercibida la importante colección de cálices y copones. El más importante de todos ellos, "el cogollito", así llamado por la incrustación de 120 esmeraldas en esta joya del XVII. 

El prior del Santo Ángel muestra la corona de la Virgen del Carmen, obra de Juan Borrero. El prior del Santo Ángel muestra la corona de la Virgen del Carmen, obra de Juan Borrero.

El prior del Santo Ángel muestra la corona de la Virgen del Carmen, obra de Juan Borrero. / Antonio Pizarro

Las cinco custodias

Tampoco deben dejarse atrás las cinco custodias de asiento, que van desde 1650 hasta mediados de la centuria pasada. Las hay de estilo barroco, rococó, neogótico o la que salió del madrileño tallar de Granda, ya en el siglo XX. La sala también incluye la corona de la Virgen del Carmen, una excelente obra de Juan Borrero y que le fue colocada a la titular del templo en octubre de 2015 por el entonces arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, durante el pontifical de la coronación canónica. 

La segunda de las salas inauguradas está dedicada a la colección de bordados que reúne la orden carmelita. En ella también se recrea un altar, en ese caso con un frente de madera tallada y dorada y con un bordado filipino del XVIII. De igual modo, se exhiben varios ternos bordados de la orden y la saya burdeos de la Virgen de la Salud, la titular de la asociación del Cristo de los Desamparados que radica en este convento y que recientemente ha salido en rosario vespertino. 

Frontal de altar filipino del siglo XVIII, con un rico bordado en sedas. Frontal de altar filipino del siglo XVIII, con un rico bordado en sedas.

Frontal de altar filipino del siglo XVIII, con un rico bordado en sedas. / Antonio Pizarro

No se pasa tampoco por alto la vitrina donde está colocado un importante conjunto de casullas bordadas y de brocados, que irán cambiando conforme los tiempos litúrgicos. Las primeras en mostrarse son las usadas en las grandes celebraciones, como la bordada que se emplea en la Vigilia Pascual o la de Navidad. Existe otra vitrina con las cortinas bordadas del sagrario y en otra hasta se recrea la habitación de Santa Teresa, donde tampoco faltan bordados y los utensilios para la penitencia corporal, tan frecuentes en la vida de la mística abulense. 

La última donación

La sala del museo dedicada a los bordados. La sala del museo dedicada a los bordados.

La sala del museo dedicada a los bordados. / Antonio Pizarro

Como curiosidad, cabe destacar la inclusión en esta sala de una reproducción en terracota de la Virgen de Consolación, patrona de Utrera. Se trata de una imagen, de reciente donación, atribuida a Cristóbal Ramos, imaginero del XVIII del que este museo conserva varios ejemplares de su producción. No se olvide que en las primeras estancias -que mantienen en la presentación un estilo más conventual a diferencia del museístico de las nuevas dependencias- se exhiben Niños Jesús de la más diversa autoría: desde los montañesinos a los que salieron de los talleres de Roldán, Duque Cornejo y Astorga. 

El museo del Santo Ángel se puede visitar de lunes a sábado de 11:00 a 13:00 y de 17:00 a 19:00. El coste de la entrada es de cinco euros. En pocos días se podrán retirar los tickets por internet. Las obras acometidas este verano también han servido para adaptar el recinto a la movilidad universal.

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