Comprar en Shein o Temu nos saldrá más caro: Bruselas hará pagar aduanas también a los paquetes pequeños

La UE eliminará en 2028 la exención que libraba de aranceles a los paquetes de menos de 150 euros, aunque podría empezar a cobrarlos ya en 2026.

A eso se suma una tasa adicional de dos euros que podría empezar a cobrar también el año que viene

Bruselas investiga a Google por discriminar a medios en sus búsquedas bajo la apariencia de combatir el spam

Shein y Temu.
Susana C. Gómez

13 de noviembre 2025 - 18:23

Comprar un vestido por 8 euros, unos auriculares por 4 o una lámpara por 12 y recibir el paquete en casa en unos días es desde hace años algo cotidiano para millones de europeos.

Shein, Temu y otras plataformas digitales especializadas en productos de bajo coste han convertido las pequeñas compras en un fenómeno de masas, impulsadas por precios irresistibles y una publicidad omnipresente en redes sociales.

Pero ese modelo está a punto de cambiar: la Unión Europea ha decidido acabar con la exención de derechos de aduana para los paquetes de menos de 150 euros procedentes de fuera de la UE.

La medida, aprobada por los ministros de Economía y Finanzas de los Veintisiete, pretende poner fin a una ventaja que durante décadas ha favorecido a las importaciones baratas, sobre todo desde China.

En la práctica, significa que los pedidos realizados en plataformas como Shein, Temu o AliExpress ya no llegarán libres de impuestos. Los aranceles se aplicarán desde el primer euro, igual que ocurre con las importaciones de mayor valor.

Fin de las gangas sin fronteras

La norma, que entrará plenamente en vigor en 2028, podría empezar a aplicarse parcialmente ya en 2026 si prospera un sistema transitorio que los Estados miembros quieren activar antes.

“Vamos a trabajar para desarrollar una solución simple y temporal lo antes posible”, explicó la ministra danesa de Finanzas, Stephanie Lose, presidenta de turno del Consejo de la UE.

El cambio responde a una situación que Bruselas considera insostenible: en solo dos años, los envíos de bajo valor hacia la Unión se han más que triplicado, pasando de 1.200 millones en 2022 a 4.600 millones en 2024.

De ellos, el 91% procede de China, y detrás de esas cifras están millones de compras individuales, muchas de ellas fragmentadas deliberadamente por los vendedores para esquivar los aranceles.

Con la eliminación del umbral, el objetivo es frenar esas prácticas y equilibrar el terreno de juego entre las plataformas extracomunitarias y las empresas europeas, que sí pagan derechos de aduana e IVA por sus importaciones.

El coste oculto de las compras 'low cost'

El fin de la exención busca remediar un problema de fondo: la competencia desleal y el impacto medioambiental del comercio ultrabarato.

Las autoridades europeas advierten de que la avalancha de pequeños paquetes no sólo satura las aduanas, sino que complica la detección de productos falsificados o inseguros.

A ello se suma la huella de carbono del transporte aéreo o marítimo de millones de envíos diarios.

Una tasa adicional de dos euros... ¿cuánto acabaremos pagando?

En la práctica, eso se traducirá en un encarecimiento de los productos que llegan desde fuera de la UE.

A los aranceles se sumará el IVA y, posiblemente, una tasa adicional de dos euros por la gestión aduanera de cada paquete, que Bruselas estudia implantar también en 2026.

El precio final dependerá del tipo de producto y del valor del envío, pero la consecuencia será clara: las gangas absolutas empezarán a escasear.

El cambio de reglas no significa el fin del comercio online internacional, pero sí marca el fin de una era de compras sin costes añadidos.

Para los consumidores europeos, especialmente los más jóvenes, acostumbrados a la inmediatez y los precios mínimos de Shein o Temu, será un ajuste visible.

Y para las plataformas, un reto logístico y comercial: deberán adaptar sus sistemas para declarar y pagar los derechos de aduana desde el primer euro.

La Unión Europea defiende que la medida no busca penalizar al comprador, sino restablecer la equidad. En palabras de la ministra danesa, “se trata de crear unas condiciones más justas entre las empresas europeas y las de fuera de la UE”.

En cualquier caso, la época de los pedidos ultrabaratos, sin aduanas y casi sin límites parece tener los días contados.

Comprar una camiseta de tres euros seguirá siendo posible, pero probablemente costará algo más. Esa diferencia, quizás piensen en Bruselas, sea el precio de un comercio global más equilibrado.

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