Microsoft, Nvidia, OpenAI y otras 21 tecnológicas se unen a la Misión Génesis, el proyecto de IA del Gobierno de Trump
La Misión Génesis es un proyecto nacional a gran escala que busca consolidar el liderazgo del país en inteligencia artificial y asegurar su primacía tecnológica frente a China.
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Un total de 24 empresas tecnológicas de primer nivel, incluidas Microsoft, Nvidia y OpenAI, se han adherido a la Misión Génesis, una iniciativa lanzada por el gobierno de Donald Trump con el objetivo de consolidar la supremacía de Estados Unidos en la inteligencia artificial (IA) y asegurar su liderazgo tecnológico frente a China.
Presentada como un esfuerzo de magnitud histórica comparable al Proyecto Manhattan, la Misión Génesis moviliza no solo a la industria privada, sino también a la comunidad académica y a los laboratorios nacionales en torno a un objetivo estratégico común: acelerar el descubrimiento científico y fortalecer la seguridad nacional mediante el uso de la IA.
Esta ambiciosa misión, que cuenta con el respaldo del Departamento de Energía (DOE), busca aprovechar el potencial de la inteligencia artificial para transformar áreas clave como la biotecnología, la energía, la manufactura y la defensa.
Un proyecto estratégico
El DOE ha informado que se han firmado memorandos de entendimiento con 24 organizaciones tecnológicas para colaborar en el desarrollo de la Misión Génesis. Entre las empresas que participan en este proyecto se encuentran gigantes como Microsoft, Nvidia, Google (Alphabet), Amazon Web Services, OpenAI, Oracle, IBM, AMD, Intel, Hewlett Packard Enterprise, Dell, Accenture, Palantir, xAI y otras.
Según el DOE, la Misión Génesis está alineada con la orden ejecutiva firmada por Trump para eliminar las barreras que limitan el liderazgo de Estados Unidos en inteligencia artificial. También se enmarca dentro del America’s AI Action Plan, presentado a comienzos de 2025, cuyo objetivo es reducir la dependencia de tecnologías extranjeras y fortalecer la capacidad del ecosistema científico nacional.
Durante una reciente reunión en la Casa Blanca con representantes de la industria tecnológica, el secretario de Energía, Chris Wright, y el subsecretario científico del DOE y director de la Misión Génesis, Darío Gil, destacaron el impacto transformador de esta iniciativa para la ciencia y la seguridad nacional.
Michael Kratsios, director de la Oficina de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca, enfatizó que la colaboración entre el gobierno y las empresas tecnológicas permitirá no solo acelerar los descubrimientos científicos, sino también mejorar significativamente la productividad de los investigadores estadounidenses.
Kratsios afirmó que “el anuncio de 24 nuevas asociaciones de investigación es solo el comienzo de un esfuerzo más amplio. Estamos cumpliendo con el mandato del presidente Trump de involucrar a toda la comunidad científica, incluidas empresas, universidades, organizaciones sin ánimo de lucro y agencias federales, para avanzar en la Misión Génesis”.
Según el director de la Oficina de Ciencia y Tecnología, la IA de vanguardia permitirá automatizar el diseño de experimentos, acelerar simulaciones y generar modelos predictivos que impulsarán avances en áreas como la energía, la manufactura y el descubrimiento de fármacos.
Por su parte, Darío Gil destacó la importancia de la iniciativa al afirmar que “la Misión Génesis será transformadora para nuestro país, ya que reunirá a la industria, la academia y los laboratorios nacionales para lograr descubrimientos científicos e innovaciones de gran impacto. Estos acuerdos avanzan el mandato del presidente para construir una plataforma nacional de inteligencia artificial destinada al descubrimiento científico, fortaleciendo así todo el ecosistema de investigación y desarrollo de Estados Unidos”.
La IA como pilar del futuro científico y tecnológico de Estados Unidos
El DOE precisó que los productos y tecnologías desarrollados en el marco de la Misión Génesis serán agnósticos en cuanto a la arquitectura tecnológica, lo que permitirá a las organizaciones participantes aplicar sus propios enfoques y capacidades.
Además, el Departamento de Energía seguirá recibiendo propuestas en su programa de solicitudes abiertas de información (RFI), incluidas las convocatorias Partnerships for Transformational Artificial Intelligence Models y Transformational AI Capabilities for National Security, ambas con fechas límite para enero de 2026.
La Misión Génesis forma parte de un esfuerzo más amplio para consolidar una infraestructura nacional escalable en inteligencia artificial que impulse la ciencia a un ritmo sin precedentes. Según el DOE, el objetivo es garantizar que los beneficios de la IA se distribuyan de manera equitativa en toda la nación, desde la investigación científica hasta la mejora de la competitividad tecnológica.
Un proyecto de dimensión global
Anunciada oficialmente el 24 de noviembre de 2025, la Misión Génesis ha sido presentada como una iniciativa destinada a convertir la inteligencia artificial en el motor central del liderazgo científico y tecnológico de Estados Unidos.
La comparación con el Proyecto Manhattan no es casual, dado que, al igual que este esfuerzo histórico, la Misión Génesis tiene un enfoque urgente y estratégico, orientado a consolidar la supremacía estadounidense frente a potencias rivales, particularmente China.
La Misión Génesis está coordinada por el Departamento de Energía (DOE), que dirige una red de laboratorios nacionales y superordenadores. Su propósito es integrar décadas de datos científicos públicos en una plataforma unificada capaz de entrenar modelos fundacionales de IA. Estos modelos, junto con agentes autónomos, podrán realizar experimentos, optimizar procesos y generar avances científicos en sectores estratégicos como la energía, la biotecnología y la defensa.
Aunque la Misión Génesis ha sido recibida con optimismo por muchos sectores, también ha generado polémica. Críticos advierten que la concentración de poder en el gobierno federal y en grandes corporaciones podría generar riesgos en términos de transparencia y control social, especialmente en lo relacionado con la automatización y el desplazamiento de empleos. A eso se suman la complejidad de la coordinación entre múltiples actores y la gestión de los dilemas éticos asociados con la IA.
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