Así fue el funeral de Franco, un domingo como hoy, hace medio siglo

TVE emitía para 16 países hace hoy 50 años el funeral del dictador, desde la misa en la Plaza de Oriente hasta el cierre de la tumba, a las 14.11, en Cuelgamuros La televisión privada de Franco

“Nadie hubiera imaginado que en 2019 Franco iba a estar tan de actualidad”

Rótulo de TVE con el anuncio de la muerte de Franco y el discurso del presidente Arias Navarro
Rótulo de TVE con el anuncio de la muerte de Franco y el discurso del presidente Arias Navarro
Francisco Andrés Gallardo
- Jefe de sección de Vitally

23 de noviembre 2025 - 08:55

La imagen fundamental de la capilla ardiente de Franco en el Palacio Real fue la de ese ciudadano que con los brazos en cruz lanzaba proclamas de lamento ante el cadáver del dictador (minuto 8.28 del vídeo de abajo). Pura telerrealidad. Un momento imprevisto y espontáneo que nunca habían visto entonces los espectadores de TVE. Una cadena pública, cadena y media, que no daba voz fresca a la calle. Las horas prolongadas del velatorio televisivo de Franco, hace ahora medio siglo, furon el primer reality, sin que nadie pudiera definirlo así, que se vivió en las pantallas españolas durante horas y horas. Conexiones con el féretro y el momificado rostro del anciano, ante una sucesión infinita de rostros anónimos, sin comentarista, con el sonido ambiente de la estancia. Tres cámaras fijas que se alternaban. Sí, un reality luctuoso.

Durante el mes anterior al 20 de noviembre del 75 la ciudadanía estaba acostumbrada a las interrupciones en la programación donde se daba lectura al informe del equipo médico habitual de La Paz que atendía al jefe del Estado en su agonía. Un “Avance Informativo” que generaría inquietud durante los siguientes años, entre atentados, sucesos o dimisiones. La sintonía del Telediario a deshoras dejaba mal cuerpo. Y precisamente cuando no hubo un Avance Informativo, el 23 F, el silencio fue más angustioso.

Los partes de La Paz solían locutarlos Florencio Solchaga, con aspecto formal, grave, ligeramente juvenil, y fue así el elegido para que diera paso al acongojado presidente Arias Navarro en su alocución grabada para las diez de la mañana del 20-N y su moqueante “Arriba España, Viva España”. Aquel discurso confirmaba lo que ya sonaba en la radio. El país estaba de luto. Y en TVE, preparando la conexión con la capilla ardiente, ofrecía imágenes bucólicas con música clásica, minutos de espera, bajo el nombre España en soledad. Un contenido enlatado desde hacía meses para ese trance y la puesta en marcha de la Operación Lucero en la programación ante los espectadores. Ya no hacía falta improvisar y emitir el documental Es duro ser pingüino, como sucedió aguardando a lo que ocurriera en la operación quirúrgica, en El Pardo, el 3 de noviembre. La Primera Cadena se había preparado para el luto emitiendo en la noche del 19 Objetivo Birmania por La hora de Julio Iglesias. La capilla ardiente en directo y la hagiografía Franco, ese hombre, vinieron a ocupar la noche del 20 de noviembre cuando estaba prevista en Sesión de noche la cinta Satán nunca duerme.

La proclamación de don Juan Carlos en el mediodía del sábado 22 rompió el riguroso luto en TVE. Nada de ficciones, ni mucho menos espacios infantiles (casi tres días sin contenidos para los niños) o cualquier contenido que no fuera la información y la conexión con la Plaza de Oriente.

Hace hoy 50 años el futuro jefe de realizadores del Mundial 82, Ramón Díez, en lugar de encargarse del partido liguero de las ocho, el Oviedo-Atlético de Madrid con el que se volvía a la normalidad, se ponía al frente de la cobertura del funeral de Franco. Iba a ser una retransmisión de más de cuatro horas, desde el oficio religioso en plena plaza hasta el desfile militar y el traslado del féretro, sobre un camión, por las calles de Madrid, para llegar hasta la recepción e inhumación en el Valle de los Caídos.

Esta fue la primera retransmisión en color de TVE que se ofreció para el país (Eurovisión 69 se produjo en color para el extranjero), señal que emitieron en directo 16 cadenas como la ZDF alemana o la RAI italiana y que en conexiones lo cubrieron un total de 52 países, con casi toda América Latina asomándose al Arco del Triunfo de Moncloa y su amplia bandera al viento para disuadir a francotiradores.

Para la cobertura del luto y funeral de Franco TVE necesitó un millar de empleados, una cuarta parte de la plantilla, con 215 técnicos y 50 redactores. Para cubrir el recorrido del entierro se necesitaron 9 unidades móviles y 49 cámaras.

Ramón Díez hace 50 años optó por una narración visual sobria y serena. Con la comedida voz en off del “telebombón” (le decían así) Pedro Macía y fundidos líricos entre el ataúd y la gente o las banderas. La retransmisión se extendió desde antes de las diez hasta pasadas las dos y media. A las 14.11 se producía el cierre de la tumba.

Hasta ese momento no había habido nada con tal duración en aquella TVE. Ni la Lotería de Navidad. Los programas duraban como máximo una hora y media y solo los teatrales Estudio 1 se permitían ocupar toda una noche. El final de Franco se narró durante casi cuatro días, que se hicieron muy largos para los niños. En la tarde de la proclamación del Rey se emitió un episodio de Heidi que hubo que repetir a la semana siguiente porque su público incondicional no se lo esperaba. Los tres días de luto dieron paso a La casa de la pradera y, en la fría noche dominical, el Oviedo-Atleti desde el Carlos Tartiere.

Cuatro días de solemnidad hosca. Tras el funeral, la sensación de vacío a la espera de que las cosas debían cambiar ya. En TVE se tardaría un poco más.

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