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Le ponemos cara al joven que se coló en la boda de Joaquín hasta ponerse en primera fila

El portuense que estaba en la boda de Joaquín en primera fila y ahora

El portuense que estaba en la boda de Joaquín en primera fila y ahora

Joaquín fue de lo más sincero y escueto en su docuserie de Antena 3 La penúltima y me voy  (que esta noche está dedicada a la vocación bética de su protagonista). Así lo preguntaba sorprendido: "¿Quién carajo es ese tío?".

El "tío" es un joven que estaba en primera fila en la ceremonia religiosa, junto a la Copa del Rey colocada por el presidente Lopera junto a los contrayentes y que sobresalía en la escalinata del altar mayor de la Prioral portuense en aquella calurosa tarde nupcial de 2005.

Entre los asistentes destacaba en el vídeo un joven rubio que iba con camiseta blanca sin mangas y según Joaquín lleno de arena de haberse ido directamente de la playa al templo principal de El Puerto en lo que sería una boda de alto copete. Un espontáneo que hace honor a la definición.

El espontáneo más aparatoso de la boda de Joaquín El espontáneo más aparatoso de la boda de Joaquín

El espontáneo más aparatoso de la boda de Joaquín

El párroco de la Iglesia Mayor, Diego Valle, quien casó a la pareja, ya les comunicó que no podía impedir el paso a nadie que en aquel día de boda quisiera estar con los novios, porque "era la casa de Dios". "Pues la casa de Dios se va a quedar pequeña", observó el futbolista, como así fue.

Entre los invitados a la celebración se encontraban compañeros del Betis, como Juanito, la directiva del club encabezada por el inquieto Manuel Ruiz de Lopera, y figuras reconocidas como el diestro Curro Romero y su esposa, Carmen Tello.

Y teníamos al chaval de la camiseta blanca sin mangas, sonriendo a la cámara y disfrutando del barullo nupcial y encantado con estar en primera fila con el templo apretujado.

"¿Quién carajo es?", como preguntaba el capitán del Betis.

El joven es cuestión se llama Lucio Molina, paisano de Joaquín. Ahora no lo podría reconocer. Tiene una poblada barba y tupé. Luicio es de El Puerto, tiene ahora 36 años y cuando se celebró aquella boda, por tanto, tenía 19. Siente un "profundo cariño y admiración" por Joaquín y de ahí que quería estar en su boda y bien situado. La expectación por pillar un lugar en la iglesia le obligó a ir con tiempo para al menos estar cerca de los bancos principales, así que se fue fresquito, con toda su desenvoltura. 

Lucio, como su admirado Joaquín, también es de la cantera futbolista portuense. Jugó en Los Frailes y en el SAFA San Luis (club vinculado al colegio San Luis Gonzaga, de los jesuitas). 

Los amigos son los que insisten en que "Lucio es muy buena gente, de las de verdad, una buenísima persona", subrayan, y de ahí esa sonrisa ingenua de satisfacción que llevaba en primera fila, viendo en tribuna preferente cómo se casaban Joaquín Sánchez y Susana Saborido.

Lucio ha compartido en las redes cómo le divierte la reacción del futbolista. "Gracias por invitarme a la boda. No subí más porque me daba un poco de vergüenza", ha comentado con guasa el espontáneo al cabo de los años. Otro ejemplo del buen humor que se estila y destila en El Puerto.

 

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