PAMPLONA | CUARTA CORRIDA DE TOROS DE LOS SANFERMINES

Castella, premio a la casta

  • El francés corta la única oreja del festejo

  • Urdiales, que deja su impronta de torero clásico y Roca Rey, que pierde premio por el fallo con los aceros por una lesión, de vacío

Sebastián Castella, en un desplante ante el quinto, al que cortó una oreja.

Sebastián Castella, en un desplante ante el quinto, al que cortó una oreja. / Jesús Diges / Efe

Con una corrida de Jandilla-Vegahermosa, muy seria en presentación y de juego variado, Sebastián Castella consiguió el único trofeo del festejo. El diestro francés se entregó ante su desigual lote. Con el segundo, que metió bien los riñones en varas y bajó su brío en la muleta, la labor del francés no caló.

Ante el quinto, Castella realizó una faena larga, asentada en su gran valor, que comenzó de manera explosiva con la diestra en los medios, con pases por la espalda y continuó con tandas por ambos pitones. El cierre en cercanías y algunos desplantes elevaron la pasión en los tendidos. El torero de Beziers derrochó casta ante un toro con movilidad, pero al que le faltó de clase, matando al primer envite para cobrar una oreja tras petición de la segunda.

Diego Urdiales dejó su impronta de torero clásico. Con el que abrió plaza, cuesta arriba, con nobleza y que humillaba, se lució a la verónica y en unas chicuelinas al pasado y realizó una faena impregnada de temple y naturalidad. Falló con los aceros.ç

Con el cuarto, con dos perchas impresionantes y sin la más mínima entrega, Urdiales únicamente pudo dibujar algunos naturales de buen trazo.

Roca Rey llegó a este compromiso con secuelas de una lesión del hombro derecho que acusó a la hora de descabellar a su primer toro, perdiendo un trofeo cantado tras una faena seguida apasionadamente por el público. Con un toro bajo, que resultó noble y que humillaba, Roca se lució con el capote, jugando bien los brazos a la verónica y en un quite por tafalleras y largas. La faena estuvo enmarcada en la quietud y la ligazón. Comenzó en los medios, de rodillas, empapando la embestida del animal. Logró buenas tandas por ambos pitones, destacando con la derecha en una serie con muletazos largos. También brilló, sin el estoque simulado, con la izquierda y cerró con manoletinas. Tras un pinchazo llegó su calvario con el verduguillo, con una decena de intentos –lo intentó también con la izquierda– y dolor ostensible en su semblante.

Con el que cerró plaza, otro toro serio, de feo estilo, Roca Rey llegó al público en un comienzo en el que se pasó al toro por la espalda y tras el trasteo volvió a tener problemas con los aceros debido a la citada lesión.

El festejo, que se saldó con un trofeo de Castella, sembró una duda:¿Se habrá recuperado Roca Rey del hombro para volver a torear el próximo viernes en Pamplona?

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