Emotivo homenaje a Ruiz Miguel por su ejemplar carrera como torero
El acto se desarrolla en La Línea en la casa museo del aficionado Antonio Ortega
Homenaje sencillo y con clase el que recibió el pasado viernes en La Línea el maestro Francisco Ruiz Miguel en la casa museo de Antonio Ortega, gran aficionado a la tauromaquia y promotor del evento. Un acto en el que se dieron cita matadores de toros como: Carlos Corbacho, Luis Parra Jerezano, Juan Carlos Landrove, profesionales como Antonio Caba y el joven novillero Miguel Pacheco, además de medio centenar de aficionados que quisieron arropar con su cariño y amistad al maestro.
Un nuevo homenaje a Ruiz Miguel, de los muchos que se le han tributado de manera particular. ¿Para cuándo ese reconocimiento institucional al torero que lleva muchos años ligado a Algeciras y que abrió 10 veces la puerta grande de Las Ventas de Madrid? Entre otras más hazañas.
Un acto que condujo de manera brillante el psiquiatra Agustín Pérez Sendino, quien hizo una semblanza del torero de La Isla, pero campogibraltareño de adopción. "Ruiz Miguel ha demostrado a lo largo de su trayectoria esa escuela ética y de valores que encierra la tauromaquia. Ha conjugado pundonor, sacrificio, afición, generosidad y personalidad para llegar a ser una de las figuras del toreo".
Ruiz Miguel en su intervención solo tuvo palabras de agradecimientos a la iniciativa de Antonio Ortega. "Me siento muy feliz de que haya aficionados como Antonio, que haya organizado un acto tan bonito como este".
Y es que Antonio Ortega posee un templo del toreo con una colección de fotografías de las grandes figuras de todos los tiempos, desde Joselito El Gallo y su hermano Rafael, Belmonte, Manolete, pasando por Ordóñez, Puerta, Camino, Miguelín, Espartaco, Litri, Ortega Cano, Manzanares padre, Curro Romero, Paula hasta más recientes como El Juli, Manzanares hijo, Finito, Vega, Galván, Abellán, Talavante, Morante y un largo etcétera.
Una joya taurina en La Línea en la que Antonio Ortega ha sabido conjugar su clase como persona y su sabiduría como gran aficionado. Y es que como dijo Rafael El Gallo: "Hay gente pa tó".
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