Toros

Manuel Escribano sufre cornada en el perineo, menos grave de lo que parecia

El diestro Manuel Escribano sufrió hoy en Belmonte (Cuenca) una faena cogida por el toro que abrió el festejo, que le infirió una cornada en el perineo, de la que sangró abundantemente, aunque, según fuentes médicas, la valoración es menos grave de lo que parecía en un primer momento.

El festejo quedó, a las primeras de cambio, en mano a mano entre Emilio Huertas y Aitor Darío "El Gallo" por culpa de esa cogida de Manuel Escribano en el inicio de faena de muleta al que abrió plaza.

El sevillano esperó de rodillas al de Las Monjas, que estaba algo abierto, y tras el primer muletazo por alto el toro lo arrolló propinándole una cornada en la zona del perineo que sangró abundantemente en un primer momento, y un golpe en la cabeza, del que igualmente manó sangre.

Una vez estabilizado en la UVI móvil de la plaza y comprobado el alcance sin riesgo grave de la herida fue trasladado a Albacete para un estudio más en profundidad, lo cual causó un receso hasta que llegó una nueva UVI móvil al coso conquense, dilatándose la duración del festejo hasta cerca de las tres horas.

Las dos únicas orejas de la tarde-noche llegaron en los dos últimos toros. La primera fue a manos de Emilio Huertas en el quinto, fundamentalmente por su acierto con la espada al primer intento, ya que tanto en éste como en su primero tan solo cabe destacar su voluntad de agradar, sin conseguir lucimiento ni limpieza en sus trasteos.

Al que hirió a Escribano se lo quitó de en medio sin intentar realizar faena de premio.

El Gallo, que hacía su segundo paseíllo como matador de toros, evidenció un muy interesante concepto clásico del toreo frente a un lote que no ofreció posibilidades de realizar toreo de exquisiteces. Su manejo del estoque de matar, sin embargo, necesita ser afinado, ya que pinchó reiteradamente sus toros, a excepción del sexto, al que cazó a la primera consiguiendo un trofeo.

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