Toros

Morante torea a cámara lenta yJoselito Adame sale a por todas

Morante, en una chicuelina ante su segundo toro, al que cortó una oreja en La México.

Morante, en una chicuelina ante su segundo toro, al que cortó una oreja en La México. / Mario Guzmán / Efe

Morante de la Puebla volvió a bordar el toreo en La México. Cortó una oreja –bien pudieron ser dos- sí el presidente atiende la petición del respetable. El sevillano bordó el toreo con el capote en un recibo variado y muy expresivo y posteriormente construyó una faena llena de inspiración, temple y torería ante un buen ejemplar de Bernardo Quirós. El quinto tuvo clase y entrega, lo que sirvió a Morante para muletear al ralentí y cautivar al coso de Insurgentes con su particular tauromaquia llena de naturalidad y belleza. Joselito Adame cortó una oreja ante un buen segundo y perdió otra, por un inoportuno pinchazo en el quinto. Su buen toreo y la capacidad

merecieron mayor balance del obtenido. Joselito Adame cuajó una importante tarde en La Monumental donde mostró su gran relevancia de figura indiscutible. Se rompió al natural ante el primero de su lote y consintió mucho al que cerraba su par. Cerraba cartel Ernesto Javier ‘Calita’ que pechó con el peor lote. El joven matador tiró de oficio ante su sus dos oponentes sin poder alcanzar cotas relevantes salvo en aisladas ocasiones. Labor profesional ante el complicado tercero y accidentada con el descabello ante el manso sexto con el que escuchó los tres avisos.

‘Greco’ abrió la tarde y nada más salir al ruedo saltó al callejón. Un recibo de probaturas con más efectividad que alardes. Un astado obediente en los cites pero sin raza necesaria para transmitir al tendido. Con este primero, Morante, sin opciones, se entregó. El cuarto, ‘Aguanieve’, se prestó para que Morante se expresara con todo el compendio de su torería. Enloqueció a La México con un toreo pleno de belleza y al ralentí. Naturalidad y temple en las muñecas del cigarrero que ahormó un faenón sobre todo al natural. Faena plena de magia y variedad, naturalidad y sobre todo torería. Cambios de manos, pases por alto, de la firma y desplantes y sobre el duende de la genialidad. Antes, la algarabía con el capote en un recibo para enmarcar. Comenzó agarrado a tablas para después soltar el capote como una amapola al viento. Chicuelinas, verónicas aterciopeladas y una media de cartel.

Joselito Adame cuajó una gran actuación ante un buen ejemplar que hizo segundo. Se sintió con capote y muleta. Extraordinario ramillete de verónicas a pies juntos. Bordó el toreo al natural. A diestras, el mando y la verticalidad en tantas ligadas y muy bien ejecutadas. Oreja de gran dimensión. Con el deslucido quinto, Adame tiró de recursos en una faena con dominio.

Calita tiró de oficio ante el complicado tercero. Con el difícil sexto, derrochó capacidad y oficio a artística. Falló con el descabello y escuchó los tres avisos con el consiguiente enfado del respetable.

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