TOROS COLOMBINAS

El estado de gracia y la excelencia de Morante

  • Puede que no todos viesen que sencillamente el toreo del diestro de La Puebla del Río es de otro tiempo, alejado de lo que hoy se muestra en las plazas de toros.

Morante de la Puebla en una de sus faenas.

Morante de la Puebla en una de sus faenas. / Josué Correa (Huelva)

HAY carteles a los que el aficionado viene a favor de querencia, bien por los toreros que se anuncian o bien por el ganado, o bien por la combinación de ambos. El cartel de esta tarde reunía estos requisitos, una ganadería, la de Torrestrella que en otros tiempos no muy lejanos hubiera estado en el cartel estrella de cualquier feria y una terna de las que crean ilusión con sólo verla anunciada en cualquier plaza.La tarde, que fue un fracaso en lo ganadero, sólo salvado por el espejismo de la salida de la estampa del tercero bis, fue un derroche de pundonor y amor propio de quien más había puesto de su parte en que esta corrida se llevara a cabo, y es que Morante de la Puebla, en su actual estado de gracia, si ya es una delicia verlo con el toro bueno, es aún más importante disfrutarlo cuando es capaz de templar una embestida descompuesta como ocurrió en el toro cuarto. Puede que no todos lo vieran, puede que sencillamente su toreo sea de otro tiempo, alejado de lo que hoy se muestra en las plazas de toros. Puede que desgraciadamente no todos seamos capaces de comprender que estamos ante la excelencia de un genio.

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