Un peligroso segundo encierro de San Fermín 2025 deja el primer herido por asta de toro
Los toros de la ganadería gaditana Herederos de José Cebada Gago protagonizan la carrera
Seis heridos de distinta consideración en el primer encierro de las fiestas de San Fermín
El segundo encierro de los Sanfermines ha sido protagonizado por toros de la ganadería gaditana de Herederos de José Cebada Gago, y ha resultado muy peligroso al quedar separado del grupo un astado negro que se ha girado constantemente, resistiéndose a continuar el recorrido y embistiendo a los corredores.
Puntuales a los ocho de la mañana, tras los tradicionales cánticos a San Fermín, los astados de Medina Sidonia han salido de los corrales de Santo Domingo y, haciendo honor a su fama, han generado situaciones de peligro y tensión en una carrera que ha durado más de cinco minutos.
Un herido por asta de toro, según el parte médico provisional
De esta manera, el encierro de San Fermín ha dejado el primer herido por asta de toro de 2025. Ha ocurrido en la calle Espoz y Mina. Además, se han registrado otros cinco traslados al hospital por diversas contusiones.
Dos de los incidentes se han producido a la altura de Santo Domingo: ambos corredores han sufrido contusiones en el hombro, uno de ellos con deformidad. En Telefónica, se ha registrado una contusión maxilofacial. Durante el segundo encierro, los pastores han tenido que intervenir en varias ocasiones para intentar que el toro descolgado se volviese hacia el sentido de la marcha. En algunos momentos han tenido incluso que recortar a 'Caminante', que embestía a un lado y otro. Además, varios corredores han sido trasladados al hospital con diversas contusiones tras una peligrosa y larga carrera protagonizada por toros de la ganadería Herederos de Cebada Gago.
Los operarios preparan desde las 5:30 horas de la mañana el vallado para que esté todo listo a esta hora y, sobre todo, a las 8:00 cuando el cohete en los corrales del gas libere a los toros. Para proteger el recorrido se utilizan 2.700 tablones, 900 postes y 4.000 cuñas, piezas muy resistentes para aguantar año tras años el peso de tantísimos espectadores y participantes en San Fermín.
Cebada Gago: bravura, historia y leyenda de Cádiz
Desde las dehesas de la provincia de Cádiz hasta el corazón de los encierros de Pamplona, la ganadería Herederos de José Cebada Gago ha escrito su nombre con letras de hierro candente en la historia del toreo. Fundada en 1935 por el Conde de la Maza y reformulada en los años 60 por José Cebada Gago, esta casa ganadera ha logrado forjar un encaste propio, a partir de sangres de Carlos Núñez, Torrestrella y Jandilla, que hoy es sinónimo de emoción, peligro y autenticidad brava.
Con sede principal en la finca La Zorrera, en Medina Sidonia, y otras explotaciones repartidas entre Alcalá de los Gazules, Paterna de Rivera y Jerez de la Frontera, la ganadería gaditana es uno de los bastiones del toro bravo andaluz. Su divisa, verde y roja, ondea con orgullo en plazas de primera, pero es en los Sanfermines donde Cebada Gago ha labrado una leyenda temida y venerada a partes iguales. Es una de las ganaderías más veteranas de los encierros pamploneses —superada solo por Miura—, con más de tres décadas de participación, y con un historial de carreras intensas, muchas veces accidentadas, y toros que no perdonan errores.
El toro de Cebada no engaña: su morfología es armónica, con peso contenido entre los 500 y 550 kilos, pero siempre con pitones afilados y mirada desafiante. La variedad cromática de sus capas es otra de sus señas de identidad: negros, burracos, sardos, colorados, salineros... un arcoíris bravo que respira campo gaditano. Pero más allá de lo físico, es su complejo comportamiento lo que mantiene a toreros y corredores en vilo. Toros con sentido, que aprenden rápido y que no repiten por repetición, sino por convicción.
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