El Teatro Alhambra va a presentar los próximos 27 y 28 de enero a las 21:00 horas una nueva versión de la obra El verdugo, de Luis García Berlanga y Rafael Azcona, bajo la dirección de Ángel Calvente y la puesta en escena de El Espejo Negro. La obra cumbre de la colaboración guionista y director -que ya es mucho decir en el tándem más fructífero del cine español- es un alegato contra la pena de muerte a través de la historia de joven forzado por sus circunstancias vitales a heredar el oficio de su suegro. Una obra que pone de manifiesto la pena capital es en realidad un desgraciado matando a otro desgraciado en palabras del escritor y novelista riojano. 

Una historia que también retrata una España de otros tiempos, con toda su bajeza moral, su servilismo, el machismo y la ausencia de oportunidades. Un relato de las dinámicas familiares y hasta administrativas para poder sobrevivir que tristemente pueden verse reflejadas en el presente. 

Los títeres

La compañía malagueña, tras 32 años de trayectoria, se ha convertido en un referente en el teatro de marionetas para adultos e infantil. Las creaciones de Calvente han sido repetidamente premiadas, además de alabadas por crítica y público. En 2009 y 2012 obtuvieron el Premio MAX al mejor espectáculo infantil. Han girado por, entre otros países, Alemania, Andorra, Canadá, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Holanda, Italia, Inglaterra, Japón, Portugal, República Dominicana, Rumanía o Venezuela.

El personaje del verdugo.

Según Ángel Calvente, "el gran poder de las marionetas es que no hay que caracterizarlas para llegar a los distintos personajes, sino que son el personaje en sí mismas. Por ello la adaptación cuenta con una potente base actoral, dotando a los personajes de nuevos registros caricaturescos. Eso sí, sin perder el carácter que el autor original dio a los mismos".

Argumento

José Luis es un joven apocado que trabaja en una funeraria. Un día durante un servicio en una prisión conoce a un verdugo llamado Amadeo y a su hija Carmen, con la que congenia rápidamente. Tras ser sorprendidos por el padre, se ven obligados a casarse. En ese tiempo, un patronato oficial le concede a Amadeo una vivienda donde poder residir junto a la pareja de recién casados que además espera un hijo. Pero llegada la jubilación todos deberán abandonar la casa, salvo que su yerno herede su cargo y se convierta también en verdugo. Presionado por su suegro y su mujer y resistiéndose a la idea, José Luis acaba aceptando convencido por los argumentos de su suegro, quien asegura que no tendrá que llevar a cabo ninguna ejecución.