A parte de los dulces y los terroríficos disfraces que caracterizan la festividad de Halloween, es un día que muchos aprovechan para pasar una noche de los más terrorífica en alguno de los numerosos bares y pubs que hay por la capital granadina.

Así durante este señalado día festivo convierten los locales en verdaderos pasajes del terror, con una decoración que llena estos interiores de telas de araña, sangre y calabazas sonrientes.

La noche empieza con una buena cena antes de ingerir todas esas bebidas espirituosas que amenizan la velada. Y es que no son pocos los restaurantes y bares que estos días varían sus cartas para servir platos tradicionales de la cultura americana o darles formas reconocibles.

Además de las clásicas franquicias de comida americana como Foster's Hollywood o Burger King están las tabernas, tascas y cervecerías, que no pierden la oportunidad de atraer clientes. Así grandes clásicos de la capital como Los Manueles, Los Diamantes o las Bodegas Castañeda son apuestas seguras para empezar la noche bien alimentado.

Una zona que está de moda por la capital es San Matías y aledaños. Ahí sus numerosos bares y restaurantes como La Botillería o El Disloque ofrecerán una velada algo más distendida, perfectos para ir calentando la noche.

Méjico es un país que celebra por todo lo alto esta festividad. Por los restaurantes que cuentan con esta gastronomía, como es El Ranchito Mexicano situado en el barrio del Realejo, se puede ver una decoración en el que predominan las famosas Catrinas.

Ya entrando en la noche de los muertos en Granada se puede prolongar hasta altas horas en los pubs que se pueden encontrar en Pedro Antonio de Alarcón, San Matías o Ganivet; y que están decorados para la ocasión.

Por supuesto en Mae West la celebración de esta festividad se hace por todo lo alto. Para la ocasión realizan un laborioso montaje temático en el que toda la sala está magníficamente decorada .

También una de las salas más clásicas es Granada 10. Antaño fue el característico cine de Cárcel Baja ha pasado por varios cambios hasta quedar convertida en una vistosa sala de fiesta.