Corpus 2023

La Cachucha: una caseta que celebra la alegría de la amistad

La Cachucha: una caseta que celebra la alegría de la amistad

Empieza la semana. Normalmente los lunes es ese día que, tras la libertad del fin de semana, muchos vuelven a la rutina laboral. Pero Granada está de Corpus, y eso hace más llevadero las penurias del inicio de la semana.

Un inicio de semana que ha comenzado con la celebración del concurso en el que se elige la mejor tapa casetera. Una de las casetas que ha participado ha sido La Cachucha. Más allá de su fantástica tapa a base de atún, lo que más llama la atención de este lugar son sus miembros.

Y es que esta caseta tiene por objetivo la diversión y el buen ambiente. Y esto lo consigue gracias a sus socios, amigos y conocidos que llevan toda una vida viéndose tanto en el Corpus como en el resto del año. Esto no quiere decir que uno no pueda entrar y disfrutar de una cerveza bien fresquita o de un fino de San Lucas.

Maria Dolores, una alegre socia de la caseta, habla de lo que le gusta cada año pasar esta semana tan especial rodeado de sus amistades más cercanas. “Yo cuando es feria me paso aquí los días. Me divierto como en ningún otro sitio. Me encanta el ambiente y, sobre todo, estar entre mis amigos y mis personas más queridas”.

Y es que en La Cachucha son todos conocidos. Paco Triana, socio veterano, apunta que “lo más importante es que la gente venga y se lo pase bien, ya sea tomándose un vino o incluso montando la caseta. Aquí no se obliga a nada, nosotros tenemos una filosofía única dentro de lo que son las casetas”. Y esto se demuestra incluso en las canciones compuestas por la propia caseta a lo largo de los 41 años que llevan ya formando parte de la esencia del Corpus.

Luis, uno de los socios más veterano, es el encargado de de cocinar uno del os guisos más esperados estos días entre los miembros cachucheros: el puchero de coles. Un elaborado compuesto por garbanzos, habichuelas blancas, cadillo, pata de marrano, costillar, pollo, huesos blancos, huesos negros, morcillas, patatas y col. Así entrando ya casi en la tarde un plato de caldo junto con un plato de pringá se ha ido sirviendo a cada uno de los allí presentes.

“Hemos llegado a la once y hemos empezado a cocinar” comenta Luis, “hemos empezado temprano ya que se nos olvidó poner los garbanzos en el agua. Pero ahora, con el tiempo que llevan cocinándose, van a salir perfectos. El punto de este puchero es que la habichuela se tiene que perder y que la col se quede lo más transparente posible” termina mientras le da las últimas vueltas al caldo.

Por dar un pequeño apunte final: el cocido estaba espectacular.

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