La Retahíla, un refugio de sabor y amistad que conquista paladares

Contenido ofrecido por la Retahíla

El bar se ha convertido en un referente en la zona de la Plaza de Toros de la ciudad de Granada gracias a sus tapas innovadoras y sus platos únicos

Sara y Patricia, las creadoras de este exitoso lugar que se ha ganado el reconocimiento de los granadinos.
Sara y Patricia, las creadoras de este exitoso lugar que se ha ganado el reconocimiento de los granadinos. / Granada Hoy
Rodrigo Vázquez

14 de junio 2024 - 08:00

Granada/En el bullicioso barrio estudiantil de Granada, entre calles llenas de vida y tradición, se encuentra un lugar que ha sabido ganarse un rincón especial en el corazón de sus visitantes: La Retahíla. Este bar, regentado por Sara Montero Moya y Patricia Ceballos Romero, es mucho más que un simple local de tapas. Es un espacio de encuentro, de sabores únicos y de una calidez que solo puede surgir del amor y la dedicación de quienes lo gestionan.

La historia detrás del nombre “La Retahíla” es tan curiosa como las propias tapas que sirven. Durante un viaje a Cádiz, Sara y Patricia se encontraron con una tienda cuyo nombre les llamó la atención: Retahíla. “Nos gustó y dijimos, ¡ostia, qué nombre más curioso!”, comenta Sara entre risas. Aunque no eligieron el nombre por su significado, descubrieron que una retahíla es una serie de cosas que se repiten, un concepto que, de alguna manera, encaja con la filosofía de su bar: repetir lo bueno, lo casero, lo que sabe a hogar.

La idea de abrir un bar surgió del deseo de Sara, quien siempre soñó con tener su propio negocio. Patricia, su pareja, decidió apoyarla incondicionalmente. Así, en diciembre de 2022, La Retahíla abrió sus puertas por primera vez. “Nos costó un poco la primera semana, porque la gente no nos conocía, pero una vez que probaron lo que poníamos, empezamos a fidelizar una clientela muy leal”, explica Patricia. Hoy, un año y medio después, el bar no solo es un éxito, sino un punto de referencia en la zona.

El taco de pollo desmenuzado, un imprescindible en La Retahíla.
El taco de pollo desmenuzado, un imprescindible en La Retahíla. / Granada Hoy

Lo que distingue a La Retahíla de otros bares es, sin duda, su oferta culinaria. En un barrio donde las tapas suelen ser abundantes pero comunes, Sara y Patricia decidieron apostar por la calidad y la innovación. “Aquí la mayoría pone jamón asado, nosotros ponemos tostas de secreto con mayonesa de kimchi, todo casero”, dice Patricia con orgullo. Desde tacos de pollo desmenuzado hasta mini hamburguesas con mayonesa de trufa, cada tapa es una explosión de sabor que invita a seguir probando.

“Todas nuestras mayonesas son caseras, y nos esforzamos por ofrecer algo diferente a lo típico”, añade Sara. Esta dedicación a la cocina casera no se limita a las tapas, sino que se extiende a los postres, con tartas como la famosa tarta de Happy Hippo, que se ha convertido en un verdadero fenómeno en las redes sociales.

Pero no solo es la comida lo que ha ganado el corazón de los clientes de La Retahíla. Sara y Patricia han creado un ambiente donde cada visitante se siente como en casa. “Ya hay una confianza de amigos, familiares”, explica Sara. Esta cercanía se ha traducido en una clientela fiel que incluso ha formado un grupo de WhatsApp para coordinar sus visitas al bar. “La gente no solo viene a consumir, nos quieren mucho. Los estudiantes vienen a decirme buenas noches, como si fuéramos una gran familia”, relata emocionada.

Mantener un negocio de hostelería no es tarea fácil, y menos en tiempos de incertidumbre económica. “Es difícil mantener los precios, porque la comida sube, la cerveza sube, y la gente no siempre entiende por qué tenemos que ajustar los precios”, comenta Patricia. A pesar de los desafíos, las dueñas de La Retahíla han encontrado formas creativas de seguir ofreciendo calidad sin comprometer la economía de sus clientes. “Antes poníamos una tosta de tocino con queso de cabra, pero como el queso de cabra subió mucho, decidimos cambiarlo por otro tipo de queso para no tener que subir el precio”, explica.

La tosta de secreto con mayonesa de kimchi, una imprescindible del bar.
La tosta de secreto con mayonesa de kimchi, una imprescindible del bar. / Granada Hoy

El éxito de La Retahíla en tan poco tiempo ha llevado a Sara y Patricia a pensar en el futuro. Aunque por ahora están centradas en mantener la calidad y la cercanía que las caracteriza, no descartan la posibilidad de expandirse. “Hemos pensado en agrandar este local o abrir otro en otra zona de Granada”, confiesa Patricia. Sin embargo, son conscientes de que cualquier expansión requerirá tiempo y recursos.

Sara y Patricia no pierden la oportunidad de agradecer el apoyo que han recibido, tanto de sus clientes como de sus familias. “Para llevar un año y medio, dejándote todo tu ahorro y todo tu esfuerzo, ver el local lleno todos los días es una satisfacción enorme”, dice Sara. También reconocen el sacrificio que implica el trabajo en hostelería, un sector que consideran vital para el país pero que a menudo es poco valorado. “Es un trabajo muy duro, muy sacrificado y al cual no se le reconoce, nos gustaría más apoyo, haríamos más cosas, sin embargo, la satisfacción de ver la gente disfrutar no tiene precio”, concluye Patricia.

La Retahíla es el reflejo del amor y la dedicación de dos mujeres que han hecho de su pasión su forma de vida. Sara y Patricia no solo han creado un bar, sino un hogar lejos de casa para todos aquellos que buscan buena comida y una sonrisa sincera. En cada tapa, en cada saludo y en cada rincón de este encantador bar granadino, se siente la esencia de dos almas comprometidas con la calidad, la innovación y, sobre todo, con el bienestar de sus clientes.

En un mundo donde la rapidez y la producción en masa parecen reinar, La Retahíla nos recuerda la importancia de las cosas bien hechas, del cariño en cada detalle y de la belleza de compartir momentos especiales alrededor de una buena mesa. Y es que, al final, La Retahíla no es solo un bar; es una retahíla de experiencias que se repiten y que quedan grabadas en el corazón de quienes tienen la suerte de cruzar sus puertas.

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