Dentro de la oferta hotelera que se encuentra en la ciudad de Granada hay algunos lugares que tienen un encanto muy especial gracias al emplazamiento en el que se encuentran. Rincones de la ciudad que son una auténtica belleza y que la convierte en una de las ciudades más bellas del mundo.

Tanto es así que existen diversos miradores con vistas dignas de cualquier postal. Incluso se puede realizar un recorrido, con numerosos entornos naturales, en los que poder contemplar el esplendor de la ciudad desde distintos puntos de vista.

Ya sea por el Albaicín y sus miradores de la Cruz de Rauda; el de San Nicolás; San Cristóbal o San Miguel Alto. Desde el Sacromonte, con La Chumbera; La Abadía; la Placeta de la Lomilla o el propio mirador del camino del Sacromonte. Quedarse con alguno de ellos en concreto es ciertamente complicado. 

Otros tienen, al ser menos conocidos, menos afluencia, como por ejemplo el mirador de Alixares, donde se puede obtener una buena panorámica desde el Paseo del Salón hacia la Sierra, como son los Distritos Ronda, Zaidín y parte del Distrito Genil. Un sitio muy tranquilo y con pocos visitantes.

Hay también un rincón casi olvidado, con ese encanto que caracterizan a estos lugares, siendo uno de los sitios donde alguna vez hubo vida, que recibe el nombre de mirador del Torreón. Está ciertamente apartado de las rutas turísticas ordinarias al encontrarse sobre el Campus universitario de La Cartuja, lo que le hace un sitio aún más genuino. Se trata de un templete que en su día formó parte de unas instalaciones jesuitas del siglo XIX. Aunque es posible que su legado histórico vaya más allá, ya que en época romana fue zona de alfares (hornos de cerámica). Las últimas investigaciones arqueológicas han confirmado la existencia de una almunia o palacete rural de época nazarí. 

Aunque hablando de palacios nazaríes, tal vez contemplar la ciudad desde uno de ellos con unas vistas difíciles de igualar, sea el factor que marque la diferencia en una visita inolvidable. El Hotel Alhambra Palace, que cuenta con una impresionante terraza panorámica, regala a quien lo quiera visitar una panorámica increíble. Aquí uno puede asomarse a la totalidad de una de las ciudades más admiradas y reconocidas dentro y fuera de nuestras fronteras. Ver el atardecer de Sierra Nevada con una copa de vino, o despuntar el sol sobre los tejados y campanarios en silencio con un café... Es difícil imaginar un escenario mejor.