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'Escape room' en la iglesia, cine y los macarrones del abuelo Paco, los atractivos de un campamento muy urbano en Granada

  • Desde el pasado lunes, 65 alumnos de distintos colegios granadinos participan en la I jornada del campamento urbano organizado por la Colegiata Parroquial Santos Mártires Justo y Pastor

El campamento urbano de la Colegiata Parroquial Santos Mártires Justo y Pastor

El campamento urbano de la Colegiata Parroquial Santos Mártires Justo y Pastor

¿Un escape room dentro de una iglesia? A priori puede sonar extraño, pero esto es algo que desde el lunes 28 de junio viven algunos escolares en Granada. Se trata del campamento urbano organizado por la Colegiata Parroquial Santos Mártires Justo y Pastor, en la que participan alumnos desde primero de Primaria hasta segundo de la ESO de los colegios Sagrado Corazón, Carmelo, Virgen de Gracia, Maristas, Compañía de María, Asunción, San Fernando, La Presentación, Regina Mundi, Mulhacén y Monaita.

65 niños y 23 monitores participan hasta este viernes a este campamento urbano donde el compañerismo, la amistad o la familia son elementos esenciales, contando con la ayuda de los padres, gran parte de ellos antiguos monitores del club Siete Lagunas, muy implicados en la organización del campamento. Además, los niños han disfrutado de los macarrones que el abuelo Paco Torres hizo el lunes, y de la tortilla y los nuggets de pollo que la abuela Mari Guerrero, como la llaman cariñosamente los niños, preparó ayer. El director del campamento es Luis González Garrida, padre y profesor de Educación Física en el colegio Juan XXIII de Cartuja.

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"El campamento urbano parte de la idea que han materializado las diferentes familias que han estado asistiendo a las misas familiares que se han celebrado los domingos de este último curso escolar en la Parroquia", explicó el delegado episcopal de la Pastoral Universitaria, José Antonio Villena García.

En el campamento, que cada día arranca a las diez de la mañana, se realizan diferentes actividades mediante las que los niños, además de divertirse, conocen la cultura e historia de la Colegiata, llevándose a cabo muchas de estas actividades en el claustro del siglo XVII de los padres jesuitas. Tras estas actividades, los niños disfrutan de una comida común, y a las cinco de la tarde sus padres los recogen.

El lunes fue el día del compañerismo, en el que se reforzaron los valores de vivir en comunidad. Los participantes asistieron al cine fórum. Ayer fue el día de la amistad, donde los alumnos conocieron parte del patrimonio granadino como la Catedral de Granada, conocieron la casa de la Hermandad de Estudiantes, donde los niños pudieron vestirse de costaleros y penitentes, e incluso visitaron el convento de clausura Hermanas Clarisas del Monasterio de la Encarnación, donde las monjas les regalaron cerca de 90 magdalenas de chocolate. Además, los alumnos disfrutaron de un taller de repostería impartido por el seminarista Javier 'Ropo', y bailaron bailes típicos congoleños con tres seminaristas del Congo.

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Este miércoles, día de la familia, los chavales comenzaron la jornada con un desayuno en la plaza del Triunfo, han realizado un escape room en la Parroquia y fueron a comer a un establecimiento de comida rápida con los monitores, mientras que para este jueves, día de la alegría, tienen programado El gran juego de la gincana.

El viernes se despedirá esta semana de campamento urbano con un día en el que padres, alumnos y monitores se reunirán en Padul. Realizarán la ruta del mamut por la laguna del municipio granadino, y darán por finalizada la aventura en la piscina municipal, con una gran fiesta de churros con chocolate y la entrega de diplomas a todos los niños asistentes a esta primera edición del campamento urbano.

José Antonio Villena describió esta experiencia como "una explosión de alegría en el corazón de la ciudad. Es una experiencia que estos días viven los niños con este gesto que se les propone siendo para ellos una oportunidad de encontrarse en una compañía verdadera de amigos. Es en definitiva, un encuentro con el Pueblo que es la Iglesia. Es increíble cómo los vecinos se asoman por la mañana cuando suena la música, se transmite la alegría".

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"Es increíble ver como los niños en su primer día se encuentran casi paralizados, pero con qué facilidad rompen el hielo. El segundo día ya se trataban como si fuesen amigos de toda la vida", añadió el delegado episcopal, que también afirmó que "el segundo día llamaron más de treinta familias a la Parroquia para apuntar a sus hijos al campamento urbano". 

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