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Flamenco como motor de alegría

  • Un proyecto de la UGR analiza su impacto en la autoestima de las personas mayores

Flamenco como motor de alegría

Flamenco como motor de alegría

Una investigación dirigida por la Universidad de Granada (UGR) en la que participan más de 150 mayores mide el impacto del flamenco como herramienta para mejorar la autoestima de esta población, un proyecto que mezcla en el aula a psicólogos y cantaores y bailaores y que ‘taconea’ por la inteligencia emocional.

Un proyecto de la Universidad de Granada liderado por el profesor de Psicología José Luis Cabezas ha convertido aulas de mayores de esta provincia en el escenario para hacerle un requiebro a las penas y trabajar la autoestima de ese segmento de la sociedad de taconeo en taconeo.

Cabezas, que de la mano de la Universidad de Granada se convirtió en 1998 en el primer doctor en Gerontología del país, explica que esta investigación pionera pretende analizar el impacto del flamenco en la autoestima y el bienestar de los mayores.

La experiencia tiene como laboratorio el Aula Permanente de Formación Abierta -la conocida como Universidad de Mayores- y trabaja la gestión de emociones, las habilidades para comunicarlas y la autoestima a través de la música en general pero con un especial protagonismo del cante jondo.

El proyecto comenzó el curso pasado con las aulas de Baza y Granada y tuvo tanto éxito que se ha repetido este año en la capital y en Guadix, donde se trabaja la autoestima como el núcleo central de la inteligencia emocional”, apunta el profesor de la Facultad de Psicología y coordinador del proyecto.

El “cartel” de esta asignatura convertida en investigación, en la que participan más de 150 alumnos, está formado por psicólogos, trabajadores sociales y artistas, cantaores y bailaores que combinan los tablaos con las aulas para medir cómo de bien sienta el flamenco.

“Antes del experimento, los alumnos han respondido a un cuestionario que nos permitirá medir parámetros sobre bienestar, habilidades sociales, autoestima o inteligencia emocional y esas respuestas se compararán con las que obtengamos al terminar el curso”, señala el coordinador de la iniciativa.

El objetivo de la investigación consiste en demostrar que la música, y especialmente estilos con arraigo como el flamenco, sirven para mejorar el bienestar de mayores y para trabajar su inteligencia emocional de una forma innovadora, significativa para ellos y polivalente.

El curso del Aula Permanente que se imparte tanto en la capital como en Guadix, y que ha limitado su cupo de alumnos por falta de espacio, arrancó el pasado abril esta nueva fase de investigación con un programa que incluye trabajo de emociones y mucho arte.

La bailaora Sara Romero, La Samarona ofrece Soniqueterapia, que casa a la perfección con la Jondoterapia de Iván Centenillo y Víctor Segovia, a los que se suman el artista Rafa Blanco y José Olmedo, promotor de Música para despertar, que ha utilizado canciones para trabajar las emociones con afectados de Alzheimer.

Este cartel que combina alegrías y soleás con test de autoestima y conocimiento personal convierte aulas de mayores en escenarios para ponerle ciencia al arte y medir los beneficios de la música.

“El fandango es mi alegría, es el cante que más quiero, se alegran las penas mías con un fandango flamenco al amanecer del día”. Con esta letra, un aula repleta de mayores sonrientes marca el compás palma a palma y trabaja para cuidar sus emociones y taconear por una vida llena de bailes.

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