Granada enseñó ayer a su versión más multicolor con la celebración de la segunda edición de la Holi Live, la carrera de color que reúne diversión, juventud, ejercicio y sobre todo una explosión de ánimo y felicidad. Todo era alegría ayer en la carrera del color. Tanto por parte de los participantes, unas 5.000 personas, como por los que se cruzaron con ellos, inconfundibles con sus atuendos divertidos, disfraces, pelucas y, sobre todo, su cobertura de colores: rosa, amarillo, azul, verde y rojo.

El evento lúdico-deportivo Holi Life comenzó sobre las cuatro de la tarde con las primeras animaciones. La salida de la carrera se realizó a las 17:00 horas y a partir de ahí lo que tardaron en realizarla cada participante. Había jóvenes, pandillas, familias, niños, deportistas, runners... que corrieron, caminaron o bailaron por el recorrido de cinco kilómetros preparado para la ocasión.

A las cinco de la tarde se dio el "polvazo de salida" en la calle María Moliner , en el antiguo botellódromo, tras un calentamiento marcado por la música y los polvos de colores, elaborados con harina de maíz y colorantes naturales. Al llegar la noche, los tradicionales polvos Holi de estos eventos fueron sustituidos por polvos neón, que brillan en la oscuridad con el efecto de las luces negras, lo que daba un toque especial a la carrera, apoyado por la pintura fluorescente con la que los participantes se pintaban cara y camisetas.

Los cinco kilómetros de recorrido estaban salpicados cada 1.000 metros por las Holi Blitz, las estaciones de pintura desde las que se llenaba de polvo Holi a los alegres corredores, ocasión que aprovechaban muchos para hacer la croqueta rodando por el suelo e inmortalizar el colorido momento.

Entre los participantes se sentía el sabor. La actividad posterior al recorrido estuvo presidida por la vistosidad de los sucesivos Holi Boom, lanzamientos colectivos de polvos de colores en el que participan todos los asistentes. El Holi Boom sumió a los participantes dentro de una nube de alegría y colorido.

A la llamada de la Holi Life acudieron familias, grupos de amigos, muchos jóvenes o incluso quien llegó acompañado incluso de su mascota. Multitud de corredores acudieron disfrazados a esta peculiar cita, apreciada por su simbiosis de deporte y diversión.

El trabajo después de la carrera fue para los operarios de limpieza, que forman parte de un servicio especial del Ayuntamiento para que las zonas por las que discurrió recuperaran la normalidad. Los dueños de los coches tintados no estarían seguro tan alegres.