Vivir

Nacen las lápidas digitales para recordar a los difuntos a un clic

  • Crean nuevas plataformas para recordar a los seres queridos con fotos, vídeos o textos

Las redes sociales se han convertido en una extensión más de la vida y también de la muerte, y su gestión tras un deceso provoca que en ocasiones el fallecido no pueda descansar en paz porque sus familiares se empeñan en actualizar estados que buscan una existencia eterna, virtual pero eterna.

Enterrar la huella digital resulta complejo y como muestra de ello aparece Facebook, esa red que pierde cada año una media de 1,5 millones de usuarios y que te pega un susto casi mortal cuando te recuerda una jornada cualquiera que felicites por su cumpleaños a ese ser querido ya fallecido. "El avance de las redes sociales ha generado también nuevas necesidades difíciles de gestionar, especialmente en un país como España con una Ley digital tan retrasada", explica a Efe el experto en marketing, comunicación y redes Rayko Lorenzo. En el camino hacia el descanso eterno, cada red social tiene una estricta política de luto en la que casi nadie piensa cuándo se abre un perfil, igual que casi nadie dedica su tiempo a diseñar la lápida para su último adiós.

"Facebook permite compartir el perfil con un familiar, que puede convertirlo en una página memorial", apunta. Estas gestiones convierten algunas redes sociales en cementerios virtuales. Pero no todo en internet son redes sociales y la muerte exige afrontar otra maraña, la de la huella digital, la que tejen herramientas como Google, con los datos de un correo o las fotos de la nube, pero también plataformas con intereses muy terrenales. Porque el muerto puede tener un canal de Youtube que genere ingresos cada día, haber sido un "influencer" cotizado con mucho por cobrar o tener dinero digital.

Por eso han surgido empresas especializadas en gestionar la muerte digital como InMemoriam, una red social que busca mantener vivo el recuerdo de un ser querido con una especie de portal que se convierte en la 'wikipedia' de los que no aparecen en la Wikipedia. También otras como Tellmebye -dime adiós- que ofrecen desde el contacto con una funeraria, a un muro de condolencias o la gestión de la huella digital a repartir entre los herederos. Y así, con especialización, al mundo real llegan las 'funerarias' del siglo XXI.

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