Aunque acudamos a los bares y restaurantes con ganas de un buen refresco, una cerveza, vino o cualquier tipo de brebaje con un poco más de consistencia, a veces tan solo apetece tomar un buen vaso de agua que refresque el paladar. Y claro, cuando lo pedimos, en muchas ocasiones nos sirven una botella de agua embotellada, cara como un refresco y sin tapa, pero parece que los tiempos han cambiado.

La nueva ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular ya ha sido publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Tras ello, se ha confirmado lo que muchos consideraban como algo normal y razonable: los bares y restaurantes deben ofrecer agua de grifo gratuita. Esto se debe a que la nueva ley busca reducir el uso de botellas de un solo uso y mejorar la gestión de los residuos que son única y exclusivamente inevitables, entre los que no se encuentra la venta de agua embotellada viviendo en un país con una buena calidad de agua en sus grifos.

Con este objetivo claro en mente y a través de esta medida de acción, las administraciones públicas pretenden fomentar el consumo de agua potable sin necesidad de aumentar los niveles de contaminación que supone el uso del plástico para su embasamiento. También con el establecimiento de más fuentes o el fomento del uso de envases reutilizables.

El Ministerio de Transición Ecológica liderado por Teresa Ribera ya recogió esta medida en el año 2020, en un anteproyecto de ley que ha resultado desembocar en la nueva legislación ya vigente. "Los establecimientos del sector de la hostelería y restauración tendrán que ofrecer siempre a los consumidores, clientes o usuarios, la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita y complementaria a la oferta del mismo establecimiento", se refleja en la normativa que ya se encuentra en funcionamiento y que debes conocer para ejercer tu derecho al acceso al consumo de agua de forma gratuita durante una visita a tu bar o restaurante favorito. Por tanto queda resuelto, si después de una buena comida o, como suele ocurrir después de tomar unos churros con chocolate, la sed ataca, estás de enhorabuena, el establecimiento está obligado a ofrecerte un buen vaso de agua.