Con motivo de la lluvia de estrellas de las Perseidas, que este año alcanzará su máximo visible en Europa durante la noche del 12 al 13 de agosto, el Instituto de Astrofísica de Andalucía, que pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Granada (IAA-CSIC), participa en una actividad de divulgación que tendrá lugar en Sierra Nevada, mientras que el observatorio de Calar Alto (CAHA) en Almería también acoge una sesión explicativa organizada por la empresa proveedora de servicios de astrofísica Azimuth.

Todos los años, entre finales de julio y finales de agosto, la Tierra atraviesa en su trayectoria en torno al Sol la estela del cometa Swift-Tuttle, lo que provoca que multitud de partículas, denominadas meteoroides, choquen contra la atmósfera. Conforme la Tierra se va adentrando en esta nube de meteoroides, la actividad de las Perseidas aumenta, alcanzando su mayor grado de actividad en la madrugada del 12 al 13 de agosto, según avanzaron ayer en un comunicado.

"El cometa Swift-Tuttle completa una órbita alrededor del Sol cada ciento treinta y tres años aproximadamente, y cada vez que se aproxima a nuestra estrella se calienta y emite chorros de gas y pequeñas partículas sólidas que forman la cola del cometa", señala el investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía Alejandro Sánchez.

La mayoría de los meteoroides desprendidos del Swift-Tuttle son tan pequeños como un grano de arena, y cuando se cruzan con nuestro planeta impactan contra la atmósfera a una velocidad de más de 210.000 kilómetros por hora, equivalente a recorrer nuestro país de norte a sur en menos de veinte segundos. El choque produce, en estos fragmentos, un aumento de temperatura de hasta cinco mil grados en una fracción de segundo, lo que hace que se desintegren y emitan un destello de luz que recibe el nombre de meteoro o estrella fugaz.

Esta desintegración ocurre a gran altura, normalmente entre los cien y los ochenta kilómetros sobre el nivel del suelo. Las partículas más grandes (del tamaño de un guisante o mayores) pueden producir estrellas fugaces mucho más brillantes que reciben el nombre de bólidos.

Aunque indican que la Luna empobrecerá la visibilidad, para disfrutar de las Perseidas no hará falta utilizar ningún tipo de instrumento óptico. Sólo es necesario observar el cielo desde algún lugar lo más oscuro posible y lejos de la contaminación lumínica de las ciudades.