La aldea de Granada nacida de una venta, con un centenar de habitantes y '8 apellidos catalanes': así se vive ahora en Venta Quemada

Esta aldea del norte de Granada apenas cuenta con más de un centenar de habitantes, según los datos de 2024, y pese a ello, por sus calles han pasado más historias que por otros lugares más conocidos. Todo ello debido a su situación estratégica entre Granada y Murcia, a 8 kilómetros de Almería, que la ha convertido desde su fundación en 1500, en zona de paso clave.

Venta Quemada no siempre se llamó así, antes de ser una pequeña aldea aledaña de Cúllar fue paso crucial en época romana, también zona fronteriza nazarí con el Reino de Murcia. Siempre zona de parada en una 'autovía' natural de comerciantes y viajeros, ya en el siglo XVI, con la llegada de la conquista católica del territorio, indica el Ayuntamiento de Cúllar, la aldea recibió "una fuerte inmigración de repobladores cristianos para ocupar los despoblados, que en el caso de esta localidad llegaron fundamentalmente de Aragón y Cataluña".

Nacida de una venta

La Venta del Alama o del Álamo fue la primera denominación cristiana de esta aldea rodeada de campos y cuyos vecinos se dedican en la actualidad principalmente a la agricultura, y que nació de una venta, precisamente. La misma fue regentada en un primer momento "entre 1526 y 1532 por Juan Martínez de Bogarra, vecino de Baza", indican desde el restaurante Venta Quemada, y posteriormente fue pasando por otras manos.

Una vida "dura y peligrosa" en Venta Quemada

A lo largo del siglo la Venta del Alama se hizo realmente conocida en la zona siendo "la vida en estos establecimientos, mitad explotación agrícola, mitad hospedería", indican desde el establecimiento, y "realmente dura e incluso peligrosa: en 1585 la justicia de Baza perseguía a 'unos valencianos sobre la muerte de Benito Muñoz, ventero en la Venta del Álamo".

Un incendio que le cambió el nombre

Pero el nombre de la población Venta Quemada, ya con mayor población y con grandes y señoriales cortijadas cercanas de nombres importantes de la zona, llegó tiempo más tarde y a consecuencia de un incendio. Esste tuvo lugar, indican las fuentes, entre finales del siglo XVI y XVII.

Es a lo largo de este siglo cuando Venta Quemada se consolida como población "formado por la posada y varios cortijos habitados por familias de campesinos de larga tradición en la zona" que aún perduran en la actualidad con los apellidos peculiares que "perduran hasta la actualidad, como Juan Cañadas o Agustín y Antonio Túnez".

Parroquia urbana de acceso

Aunque Venta Quemada nunca contó con una muchos vecinos, el aumento de almas de las 300 en 1815, hasta las 500 que sumó en 1887, hizo que cobrara una importancia social que se reflejó en el hecho de que "en la reorganización de la diócesis de Guadix-Baza de 1868 la iglesia de Venta Quemada es considerada como 'parroquia urbana de acceso', al mismo nivel que las de Benamaurel, Cortes de Baza o Freila".

Pérdida de población de los 70

De ahí en adelante, explican desde la venta actual, el núcleo no paró de ganar de habitantes (en 1974 tenía más de 600) aunque con la emigración de las décadas de los 60 y 70 la pérdida de población fue continuada. Muchos de esos vecinos, explican desde el Ayuntamiento de Cúllar, marcharon dirección Levante, en concreto a las localidades de Ibi y Alcoy.

Museo gastronómico de Venta Quemada

En la actualidad la aldea mantiene su espíritu de frontera y casa de paso de muchos, donde disfrutan tanto del bonito paisaje como de su gastronomía, rica en carnes y productos de la tierra. De hecho, Venta Quemada cuenta con su propio museo gastronómico en la venta de Juan Antonio Cañadas Túnez, "un lugar de exposición y venta pensado para probar in situ y llevar ex situ los manjares de la tierra, el mar y la granja".