Amargura, el sueño hecho espuma en Capitán Amargo

Granada está llena de rincones donde la historia se entrelaza con la vida cotidiana, pero pocos como Capitán Amargo, un local que desde 2015 ha sabido ganarse el corazón de los amantes de la cerveza artesanal. Su creador, Ismael Estévez Maldonado, no solo ha levantado un negocio en medio de adversidades, sino que ha tejido alrededor de él una comunidad que entiende la cerveza no como un simple producto, sino como un lenguaje de matices, aromas y experiencias compartidas.

Hoy, ese viaje tiene nombre propio: Amargura, la primera cerveza de la casa. Una IPA intensa, aromática, valiente, que se presenta tanto en barril como en lata para que cada sorbo sea también un recuerdo y una celebración.

La historia de Amargura no nació de la noche a la mañana. Tras superar los años más oscuros de la pandemia, Ismael decidió darle identidad definitiva a su proyecto. Cambió el nombre del local a Capitán Amargo y con él, fue dando forma a la cerveza que ya tenía en mente. El nombre lo decía todo: Amargura sería el estandarte, la marca, la voz de lo que había sido resistencia y aprendizaje.

“Después de tantos años probando cervezas, sabía muy bien lo que quería. Una IPA con carácter, amarga, aromática, que se notara en cada trago”, cuenta Ismael. Tras varias pruebas, la tercera elaboración fue la definitiva. Y no solo se quedó en el barril de la barra, sino que también salió en lata, lista para acompañar a los fieles clientes hasta sus casas.

El resultado ha sido sorprendente: tanto los amantes de las IPAs como quienes nunca habían probado una cerveza de este estilo han quedado fascinados. “Eso es lo más bonito: ver que incluso quien tenía malas experiencias con el amargor, descubre en Amargura un equilibrio que lo conquista”, confiesa con orgullo.

Ismael rehúye del término “maestro cervecero”. Prefiere definirse como catador, como un apasionado que ha probado cientos de cervezas y que ha aprendido conversando, compartiendo, escuchando a quienes llevan años en el oficio. Sin embargo, la dedicación que vuelca en su trabajo habla por sí sola: jornadas de hasta 15 horas, la búsqueda incansable de los mejores lúpulos, y una obsesión por mantener la frescura y la calidad en cada lote.

Su visión es clara: “No se trata de vender por vender, sino de garantizar que cada lata o cada caña de Amargura esté en condiciones perfectas”. Por eso, sueña con seguir los pasos de marcas que se aseguraron de mantener la cadena de frío en cada punto de distribución, evitando que una mala experiencia arruine lo que tanto le ha costado construir.

En un país acostumbrado a la lager ligera y fría, abrir camino para estilos más complejos no es fácil. Proyectos ambiciosos como Califa en Córdoba o Napar Bcn en Barcelona cerraron sus puertas pese a ofrecer cervezas de gran calidad. La falta de una cultura cervecera fuerte y las dificultades logísticas pesan mucho. Pero Ismael no se rinde.

Amargura es, para él, una semilla. Una IPA que aspira a consolidarse como sinónimo de calidad y que ya se perfila para dar el salto a otros bares especializados en Granada, Málaga y más allá. El camino será lento, pero la determinación es firme: “Me gustaría que Amargura se convirtiera en la IPA de confianza, la que nunca falla”.

Capitán Amargo no es solo un bar. Es un lugar de encuentro donde se conversa de lúpulos, estilos y fermentaciones, pero también de vida, de amistad y de sueños. Y eso se siente en el ambiente: tanto los locales como los visitantes extranjeros buscan la cerveza de la casa, señalada en la pizarra, como si fuera un ritual obligado.

Hoy, con Amargura servida en sus grifos y disponible en latas para llevar, el proyecto de Ismael late con más fuerza que nunca. Su plan no se detiene aquí: quiere ampliar la oferta, darle protagonismo a cervezas belgas y alemanas difíciles de encontrar en Granada, y convertir su local también en tienda-bar. Pero, sobre todo, quiere seguir cuidando de esa comunidad que lo ha acompañado desde el inicio.

Porque Amargura no es solo una cerveza. Es la prueba de que incluso en los momentos más duros, cuando parece que todo se desmorona, siempre hay espacio para reinventarse, para brindar, y para recordar que la vida, como una buena IPA, también se disfruta en sus matices más intensos.

Capitán Amargo

C. Molinos, 28, Centro, 18009 Granada.

Horario: de lunes a jueves de 17:00 a 2:00 horas. Viernes y sábados de 17:00 a 3:00 horas. Domingos cerrado.

Teléfono: 958 049 444.

Instagram: @capitanamargo