Granada cuenta con diversos lugares en los que emanan aguas calientes desde el interior de la tierra. Esto hace que se puedan crear baños termales naturales. Este agua contiene propiedades saludables gracias a la composición mineral que se produce en el subterráneo.

Una de las zonas granadinas que poseen unos baños con estas características es La Malahá. Durante los dos últimos años estas piscinas termales han estado cerradas debido al protocolo que se estableció tras la pandemia.

Uno de los puntos que se estableció en el protocolo que involucran a instalaciones en las que hay agua para que el público pueda bañarse es que debe añadirse cloro al agua para que estén desinfectadas. Según el Ayuntamiento de la localidad, esto perjudicaría a la calidad del agua pues perdería los beneficios que aporta.

Ya con la normalidad de vuelta, esta condición ha dejado de ser obligatoria, con lo que el balneario puede volver a abrir sus puertas a todo el público sin necesidad de adulterar la composición del agua.

El principal atractivo de este balneario de La Malahá son las propiedades curativas del agua. Al contener una alta cantidad de azufre, hace que el color del agua se tiña de verde y tenga un olor muy característico. Están especialmente indicadas para tratar enfermedades de la piel, el pelo, personas con eccemas o que padecen dermatitis. También sirven para tratar dolencias relacionadas con la musculación, la respiración y las articulaciones.

Los baños se encuentran dentro de un conjunto arqueológico, con lo que dentro del complejo se puede observar antiguas pozas romanas, pilas, una alquería e incluso los restos del antiguo balneario romano. Aparte de los baños termales el recinto cuenta con una piscina municipal. Las instalaciones están disponibles para el público desde el martes hasta el domingo desde las once de la mañana hasta las ocho de la tarde.