Candy’s, el refugio dulce y valiente de Granada donde todos caben
Cómete Granada
El lugar se presenta como una cafetería vegana y sin gluten en una de las calles más emblemáticas de Granada, donde cada bocado cuenta una historia de inclusión, ilusión y mucho trabajo

Puentezuelas es una pequeña calle de Granada en donde las fachadas se confunden entre sí, es un lugar lleno de historia y en donde una cafetería distinta brilla con una luz especial. No es solo el olor del café recién hecho ni el brillo de los dulces artesanales en su vitrina: lo que se respira en Candy’s es amor. Amor por un oficio, por un proyecto que nace desde la lucha personal, y por una idea clara: que todo el mundo tenga un rincón donde sentarse, disfrutar y sentirse bienvenido.
Yago Castelo Brea llegó desde Galicia con una maleta cargada de experiencias en la hostelería y la decisión firme de cambiar de vida. Tras la pérdida de su empleo y el doloroso cierre de la empresa donde trabajaba por la trágica muerte de su jefe, decidió apostar por lo que siempre había tenido entre manos: el café, la cocina, la atención al detalle. Pero esta vez, por fin, para sí mismo.
Junto a su pareja Javi (su apoyo constante y silencioso detrás del mostrador), comenzó a moldear un proyecto en diciembre que vería la luz el 17 de marzo: Candy’s. El nombre no es casual. Es un homenaje a la pequeña perrita border collie que les acompaña desde hace años y cuya dulzura da nombre y rostro al local. Candy’s es, como ella, dulce, cercana y entrañable.

“Inclusión, ilusión y trabajo”, resume Yago cuando se le pide definir su cafetería en tres palabras. Y son más que una declaración: son el alma del proyecto. En Candy’s, cada pastel, cada donut, cada galleta está hecha con ingredientes veganos y sin gluten, desde cero, con el deseo profundo de que nadie quede fuera. “Ver a un niño comerse su primer donut sin miedo porque tiene celiaquía, y ver cómo sonríe... eso paga más que cualquier sueldo”, confiesa Yago con los ojos brillantes.
No es marketing. No es tendencia. Es convicción. Candy’s no tiene ni una gota de leche de vaca ni rastro de trigo. Aquí todo es inclusivo por naturaleza: quien tiene intolerancias, quien es vegano, quien simplemente busca sabor y cariño en lo que come, encuentra su lugar. “No se trata de cobrar más por ser diferente”, explica Yago“, se trata de que todo el mundo pueda tener su pastel de cumpleaños”.
Candy’s no pretende ser una moda. Pretende ser justo, humano. Por eso Yago no usa productos que puedan poner en riesgo a personas celíacas. Y si alguien necesita algo aún más específico (sin azúcar, sin frutos secos, sin una harina en particular), lo encarga. Y él lo hace. Lo prepara desde cero. Porque Candy’s también es eso: compromiso.
La carta de Candy’s se adapta y evoluciona. Hay clásicos que no pueden faltar, como las cookies y los rollings, pero cada día hay nuevas sorpresas: tarta de chocolate hoy, de queso vegano mañana, y al siguiente de frutas frescas. Todo se hace en el pequeño obrador que Yago improvisó en su local. Él solo, doce horas al día, amasando sueños y batiendo esperanzas con sus manos.
El café que sirve es ecológico, de comercio justo, y aunque la variedad es limitada, la calidad no se negocia. “Prefiero tener menos tipos, pero que todos respeten a quien los cultiva”, dice con convicción. La experiencia no se queda en la taza: Candy’s es también un espacio seguro, un lugar que acoge al colectivo LGTBI+ con orgullo y sin miedo, aunque haya tenido que enfrentar alguna que otra mirada incómoda. La bandera del arcoíris cuelga sin complejos, y aquí nadie tiene que justificar quién es para pedir un café.
Aunque llevan apenas tres meses abiertos, la respuesta del barrio ha sido cálida, casi familiar. Muchos de quienes prueban, vuelven. Y los que llegan por curiosidad, se quedan por la calidad y el ambiente. Yago sueña con ampliar el local, con poner más mesas, con tal vez algún día tener empleados y ofrecer aún más. Pero por ahora, como dice él, se trata de “sobrevivir con dignidad y con amor”.
Candy’s no es solo una cafetería. Es un gesto. Un acto de ternura y resistencia. Un rincón donde todo el mundo (sin importar de dónde venga, qué coma o a quién ame) encuentra un lugar en la mesa.
Candy’s Cafe
C. Puentezuelas, 44, Centro, 18002 Granada.
Horario: de lunes a viernes de 08:00 a 20:00 horas. Sábados de 08:00 a 14:00 horas.Domingo cerrado.
Teléfono: 623 986 104.
Instagram: @candyscafegranada
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