¿Qué son las carocas y por qué son tradición en Granada?

La primera caroca fue colocada furtivamente en la Plaza Bib Rambla en el Corpus de 1845 como crítica directa al Gobierno de la reina Isabel II

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Suelen recoger los grandes acontecimientos de la ciudad en rima y a modo de crítica revestida de retranca.
Suelen recoger los grandes acontecimientos de la ciudad en rima y a modo de crítica revestida de retranca. / Jesús Jiménez GPMedia

Cada año, con la llegada del Corpus la plaza Bib Rambla se viste con un traje tejido a base de 'malafollá'. Ese vestido son las carocas, la máxima expresión del carácter granadino que se enmarca dentro esa pasión por la crítica con retranca, entre el humor y el toque de atención.

Las carocas son, para quienes aún no las conozca, ilustraciones acompañadas de un poema corto o quintilla, que refleja en clave de cinismo y humor las preocupaciones de lo granadinos en el último año. Suelen recoger los grandes acontecimientos de la ciudad en rima y a modo de crítica revestida de retranca.

Se puede decir que las carocas son la presentación gráfica del sentir general de Granada en lenguaje costumbrista y ácido de las que pocas figuras públicas, sobre todo políticas, se han salvado. La Plaza Bib Rambla se convierte cada Corpus en un órgano vital de la festividad, lugar de parada obligada para los granadinos, en el que pasar a ver las carocas y comentar divertidos las ocurrencias de los carteles es una tradición más que arraigada.

Los turistas, por supuesto, también las disfrutan, aunque sí es cierto que es necesario tener un conocimiento más o menos amplio tanto de los sucesos del año en Granada, así como poseer ese puntito de malafollá para entender su contenido.

La primera caroca, un tirón de orejas al Gobierno de Isabel II

La primera caroca fue colocada furtivamente en la Plaza Bib Rambla en el Corpus de 1845 como crítica directa al Gobierno de la reina Isabel II, un periodo especialmente oscuro para los ciudadanos. Según explicaba la revista granadina Alhóndiga en 2023, esta caroca original ya contaba con el espíritu combativo y mordaz que hoy las sigue representando aunque, en la actualidad, ni están perseguidas ni se leen como acto contestatario sigiloso, al revés, son parte aclamada y esperada por los ciudadanos.

Prohibidas durante la dictadura de Primo de Rivera

De aquella caroca, aunque retirada por el gobernador civil de la época, nació la actual tradición granadina que año a año se ha repetido cada Corpus. Tan solo llegaron a prohibirse, de nuevo por el poder político, durante la dictadura de Primo de Rivera y los primeros años del franquismo, hasta 1951.

Qué decía la primera caroca

Aunque, tal como recogía aquel especial de la revista Alhóndiga, la de 1845 fue la primera en arremeter contra la clase política con lenguaje crítico y ácido, en Granada ya se conocía el formato aunque con un tono totalmente alejado de lo que hoy conocemos como caroca.

En primer lugar, desde la toma de Granada por parte de los cristianos, aparecían cuadros de temática religiosa acompañadas de textos, imaginamos que como acto aleccionador. Un siglo más tarde, en el XVII, comenzaron a desarrollar esquemas costumbristas del momento también junto a poemas cortos.

Toda una historia de viñetas reivindicativas al estilo granadino inagurada por la del siglo XIX que rezaba: "Mientras en regios salones / alegres bailan la polka / cortesanos señorones, el pueblo triste remolca / el hambre y persecuciones".

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