Los dulces se prestan a una gran variedad de formas y sabores, hasta donde pueda llegar la imaginación (o en este caso el deseo) de los reposteros. Y es que la provocativa cadena de gofres 'La pollería' ya se encuentra revolucionando en todos los sentidos y sabores Granada.

La famosa cadena que comenzó su andadura comercial en la conocida zona de Chueca en Madrid ya ha aterrizado en el centro de Granada. Las largas colas para probar estos peculiares gofres ya son una realidad. No sólo la forma "íntima" de estos dulces es lo que llama la atención del peculiar modelo de negocio, sino que también es conocida la peculiar forma de atención al cliente. Provocativa o sonrojante para algunos, los dependientes ofrecen sus productos acorde con la forma fálica de los mismos, así que absténganse los sensibles a los comentarios provocativos y bienvenidos son los que juguetean antes de comer.

La nueva pollería situada en el número 81 de la calle Mesones ha llegado para complacer las fantasías más dulces de los curiosos de la repostería, que ya no tendrán que incluir el peculiar establecimiento en su ruta de visita por Madrid puesto que ya se encuentra en pleno centro granadino. Ya se venden los famosos pollofres, fenómeno que comenzó desde el boca a boca (nunca mejor dicho) y que han conseguido una fama internacional para los visitantes sin tabúes sexuales.

La masa de waffle se conforma en una gofrera con forma de pene. Al fálico resultado final se le añaden algunos toppings de diversos sabores y colores. También se pueden añadir algunas cremas de entre una gran variedad, como es la Nutella, Chocolate Blanco, Petit Suise e incluso Kinder. El toque más realista es el blanco añadido en la puntita. Todos los pollofres se sirven en formato take away, con un palito de madera a modo polo de helado y se colocan sobre una especie de bandeja para facilitar la labor de comérselo. 

Estos peculiares establecimientos ofrecen sus servicios desde las 15:00 hasta las 23:00 para completar las tardes más traviesas. Y ojo, que a la aparición de las pollerías les suele suceder "La coñería", otro conocido establecimiento que comparte dueños y que, sin necesidad de abusar de la imaginación, también ofrece unos peculiares e íntimos dulces del género contario.

Una gran variedad de pollofres

La polémica está servida

Vinculada directamente con el colectivo gay debido a su ubicación original en Chueca, estos dulces no son del agrado de muchas personas. Lejos de dogmas religiosos o reservas sexuales, desde el colectivo se ha apuntado en diversas ocasiones a que el uso de la forma fálica como reclamo alimenticio, además de un servicio personalizado en el que el personal usa constantemente el doble sentido para preguntar a los clientes por sus preferencias, supone el uso de algunos estigmas usados contra el colectivo para su discriminación. También se posicionan en contra debido al "falocentrismo" implícito en la forma de los llamativos gofres. 

Este negocio también ha sido señalado por diversas organizaciones políticas por otras razones. Es el caso del grupo municipal de Vox en Palma de Mallorca. El grupo conservador pidió la retirada de los gofres con forma de pene de los escaparates con la excusa de "proteger a la infancia". La propuesta fue rápidamente descartada por el Ayuntamiento local tachándola de "proposición mojigata".

El caso es que tanto las pollerías como las coñerías son una realidad feaciente y congregan a un gran público que las consume ya sea por el morbo o por el sabor. De momento, ya es una realidad en Mesones, y los productos son de consumo take away e incluso pueden pedirse a domicilio a través de diversas plataformas de reparto.

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