El granadino Sebastián Fernández se reivindica ante un inmenso Diego Ventura

EL rejoneador granadino Sebastián Fernández, con el peor lote de la tarde, fue capaz de sobresalir en una corrida en la que la figura fue, como casi siempre, Diego Ventura. El portugués Rui Fernández, no estuvo a la altura de sus compañeros de terna.

Abrió la tarde el rejoneador luso, que no se acopló a un correoso primer toro, que no tuvo mucha calidad, pero que se movió bien. Cortó una oreja. En su segundo, cuarto de la tarde, tampoco estuvo acertado, costándole mucho clavar los castigos, llegando a fallar en algunos. Fue ovacionado y saludó desde el tercio.

Diego Ventura es un seguro de éxito. Había cierta expectación por verlo ante una ganadería muy poco habitual en corridas a caballo, Fuente Ymbro, pero el experimento funciono y al caballero rejoneador tanto le gustó que invitó al ganadero a dar la vuelta al ruedo con él. Es un maestro en la doma y en la ejecución de los castigos. Sabe perfectamente, en cada momento, lo que hacer para levantar al público de sus asientos y, sí además, tiene un perfecto conocimiento de la lidia, es difícil igualarle. Cortó cuatro orejas y puso broche de oro al final de la feria.

El granadino Sebastián Fernández estuvo espectacular, y eso que tuvo la mala fortuna de enfrentarse a los dos peores toros de la tarde. Hizo un gran esfuerzo para clavar los castigos con soltura, en especial las banderillas al último de su lote, un toro rajado, que solo quería abandonar el ruego. Su actuación fue premiada con una oreja en el primero, y dos en el segundo, que le otorgaron el derecho de abrir la puerta grande.

Cerró la tarde, ya noche, el novillero Marco Pérez, que en clase práctica puso la plaza boca abajo. No es propio de un novillero de tan solo catorce años torear con la soltura y solidez que lo hace, en especial al natural. Mató de estacada y descabello, cortando dos orejas. La vuelta al ruedo la dio a hombros de Diego Ventura, al que antes brindó el novillo.