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La historia de la Galleta María 'escondida' a plena vista en el centro de Granada: una dinastía del dulce

La 'casa de la galleta'

La 'casa de la galleta'

Dice la fábula (aparecida por primera vez en uno de los diálogos platónicos) que Tales de Mileto acabó cayendo en un pozo por ir mirando al cielo mientras pensaba en sus asuntos, el cosmos. La moraleja la compone un segundo personaje, una mujer que pasaba por allí, que le dijo al griego, socarrona, que por qué estaba tan obsesionado con lo que pasaba en el cielo si no prestaba atención a lo que tenía en el suelo

Bien, algo así sucede con una galleta en Granada. Pocos granadinos han reparado en ella cuando es habitante de la Avenida de la Constitución desde que la misma se alzara, con otro nombre. Décadas de historia y miles de granadinos han pasado debajo de esta galleta sin que muchos, sobre todo en los años inmediatamente pasados, hayan sido capaces de darse cuenta de que estaba ahí. Y menos aún que ese emblema corresponde con la historia de una dinastía granadina del chocolate y la galleta.

La historia de la Galleta María escondida a plena vista en el centro de Granada La historia de la Galleta María escondida a plena vista en el centro de Granada

La historia de la Galleta María escondida a plena vista en el centro de Granada

Una dinastía del dulce en Granada

Esa galleta, en la que pueden leer las palabras Alcázar, María y Granada, lleva consigo una historia de éxito empresarial de una familia granadina. El emblema es tan curioso que se ha conservado en perfecto estado a través de las décadas, vemos que conserva la pintura seguramente por varias restauraciones. Era la fábrica de Carlos Rodríguez Ortega (1877-1960) e hijos, un empresario granadino que comenzó con una chocolatería,  ‘La Gran Fábrica de Chocolates Alhambra’, y terminó fundando una dinastía de los dulces en Granada.

En la calle Calvo Sotelo, ahora la Avenida de la Constitución, todo un edificio albergaba a la familia Rodríguez Ortega así como a la nueva fábrica de chocolate y galletas y un tostadero de café. El edificio señorial, proyectado por Fernández Fígares, era uno de los primeros que en 1940 se alzarían en la nueva zona noble de la ciudad. Carlos Rodríguez Ortega e hijos fundaron en los bajos la empresa 'Alcázar' y también vivirían todos los hijos y respectivas familias en los pisos de las plantas superiores.

Además de los chocolates, especialidad hasta el momento de la dinastía Rodríguez, también fabricarían galletas María de la marca Alcázar, de ahí el emblema que aún se conserva. 

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