La trama de la serie estadounidense de corte apocalíptico Los 100 se ha convertido en el argumento de un proyecto de gamificación de la Universidad de Granada (UGR) que busca despertar creatividad y conciencia crítica en los futuros docentes para evitar que la educación física esté infravalorada.

El profesor del máster de Profesorado de la Universidad de Granada Isaac J. Pérez ha iniciado su asignatura generando el mismo caos de la serie, rememorando escenarios y planteamientos de Los 100 para lograr que sus alumnos, en este curso 41, salgan de su zona de confort y sean los responsables de su aprendizaje.

Una de las pruebas fue abandonar las redes sociales para dejar de ser “presos de ellas”

“Se trata de una experiencia de supervivencia formativa que busca despertar en los futuros docentes el necesario compromiso e iniciativa para mejorar sus competencias docentes”, explica Pérez. La serie se desarrolla un siglo después de que una guerra nuclear dejara la Tierra inhabitable, momento en el que los supervivientes envían a cien delincuentes a comprobar si pueden volver al planeta.

Pérez ha reeditado esa trama y ha convertido a sus alumnos en esos 100 que deben sobrevivir en el planeta Educación y ganar puntos de vida en los retos que les plantea resolviendo problemas, justificando planteamientos y logrando involucrar a compañeros.

Como en la serie, cada alumno tiene un rol y una puntuación que baja o sube según las evidencias de aprendizaje que muestren, aunque entre ellos se pueden sanar o compartir vida, lo que genera un comportamiento de grupo. “Una prueba inicial fue pedirles que dejaran las redes sociales para dejar de ser presos de ellas, como hacen con sus pulseras de control en la serie, y para algunos fue todo un mundo”, recuerda este docente, que busca así que los alumnos reflexionen y logren conciencia crítica. Esta experiencia de gamificación, que Pérez llama “gamificción” por basarse en una serie, busca además que los futuros profesores sean capaces de salir de una docencia tradicional y lograr que la educación física deje de estar infravalorada y desarrolle todo su potencial.

Esta propuesta premia además la capacidad de adaptarse a situaciones inesperadas o el uso de las TIC como arma para mejorar el aprendizaje y combina diferentes metodologías con “ataques sorpresa” del director de juego, el docente, que obligan a llevar la asignatura al día. “El juego ha creado una interdependencia positiva y ha favorecido el uso de su libertad haciéndoles conscientes de la dificultad y responsabilidad que supone ser un buen docente”, resume Pérez.