Halloween

El pueblo perfecto para este Halloween se encuentra en Granada

El pueblo perfecto para este Halloween se encuentra en Granada

El pueblo perfecto para este Halloween se encuentra en Granada / Granada Hoy

Se acerca Halloween y en Granada ya se están realizando los últimos preparativos para la celebración de esta singular festividad. Por eso hay lugares que son perfectos para acudir durante este día.

Más allá de los cementerios y de las casas encantadas en la provincia de Granada puedes encontrar uno de los municipios cuya decoración y temática es perfecta para acudir durante la noche de las brujas y los fantasmas. Se trata de Soportújar, unos de los pueblos con más encanto de la Alpujarra.

Se trata de un pueblo de poco más de 250 vecinos y que ha convertido su gentilicio de brujos en marca turística para atraer cada día del fin de semana más de 2.000 visitas, una demanda por la que ultima un plan con 1,8 millones de inversión para beneficiar también a pueblos vecinos.

El pozo de los deseos, una cápsula del tiempo, un caldero con su pócima a punto de caramelo o la casa de Baba Yaga, un personaje de la mitología eslava, decoran un pueblo que se encuentra casi incrustado en Sierra Nevada que encontró hace quince años el hechizo perfecto para captar turistas.

Soportújar es un pueblo tradicional alpujarreño, enmarcado en el Parque Nacional de Sierra Nevada, con acequias milenarias, un horizonte de casas blancas y cerca de 300 brujos. Y a mucha honra.

El Ayuntamiento decidió aprovechar su gentilicio de "brujos", el que hace alusión a pócimas, leyendas y señoras vestidas de negro que sobrevuelan el paisaje subidas en escobas, para apostar por un turismo sostenible centrado en hechizos, aquelarres y brujería con el que alcanzar el desarrollo local.

Y pasito a pasito, como el que va echando cosas mágicas al caldero, el municipio fue sumando atractivos enfocados en esa marca de brujos para transformarse en un pueblo "de foto" que fusiona el urbanismo tradicional alpujarreño con dragones, casas sobre patas de gallina y escobas voladoras.

Y es que tras la segunda expulsión de los moriscos en la comarca, Soportújar se llenó de apellidos gallegos y celtas, vecinos que llegaron con sus meigas, sus queimadas y las leyendas por las que se ganaron el sobrenombre de brujos del que ahora presumen. Ese gentilicio que alude a pócimas y leyendas, que habla de historias casi ocultas contadas a medianoche, ha servido casi como hechizo para atraer visitas.

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