Puesta de sol, altura extrema y silencio total: así es el plan más inesperado de Sierra Nevada

Ver cómo el sol se esconde tras el paisaje brutalista de las montañas de Sierra Nevada, en pleno pico del Veleta (3.394 metros), es una de esas experiencias que merecen quedarse grabadas en la retina. No hace falta ser alpinista ni esperar al invierno para disfrutar de Sierra Nevada: este plan veraniego está consiguiendo cada vez más fieles entre quienes buscan una experiencia mágica en plena naturaleza y contemplar uno de los atardeceres más impactantes de toda España.

Subida, explicación y panorámica brutal

Cada vez más gente está descubriendo este plan que antes solo unos pocos practicaban gracias a una de las iniciativas de verano que propone Sierra Nevada, la subida organizada al pico desde Pradollano. La próxima fecha prevista es el 16 de agosto a las 19 horas, el precio es de 25.5 euros por persona que incluye el traslado a la cumbre desde donde se observará la soberbia puesta de sol así como una breve explicación por parte del guía intérprete, indican desde Sierra Nevada Cetursa.

Desde el mirador natural del pico, el cielo comienza a teñirse de tonos dorados, anaranjados y violetas mientras el aire fresquito (se recomienda coger algo de manga larga) de la altura lo envuelve todo.

Algunos llegan caminando desde la Hoya de la Mora, otros optan por rutas organizadas como la citada o incluso en bici, pero todos coinciden en lo mismo: la vista, el silencio y la sensación de estar en lo más alto de Andalucía lo convierten en algo muy difícil de explicar.

Y después... a disfrutar de Pradollano

Y cuando el sol ya se ha escondido, el plan no termina ahí. Muchos aprovechan para bajar con calma hasta la estación de esquí y cenar en alguno de los restaurantes de Pradollano, donde el ambiente veraniego es tranquilo, con terrazas abiertas, cocina local y vistas también increíbles en este pueblo acostumbrado a la nieve, aunque en verano regala una tregua a las temperaturas de la ciudad. Otros prefieren alargar la noche con un cóctel al aire libre o simplemente quedarse en silencio, admirando el cielo estrellado desde uno de los rincones más altos y limpios de toda Europa. Porque si hay un lugar donde las estrellas parecen más cerca, es este.